Mi infancia no son recuerdos de la plaza Machado, pero ojalá

Madrid

Qué mejor que pasar una noche de un 15 de agosto en la radio, en torno a la radio. El alcalde de Sabadell asegura que su ayuntamiento no quitará el nombre de Antonio Machado de una céntrica plaza de la ciudad como propone el informe elaborado por un historiador local que ve en el escritor de la generación del 98 un representante de la sensibilidad españolista y anticatalanista. El historiador se llama Josep Abad i Sentís, en su informe propone podar los nombres de decenas de calles que a él le molestan porque ve en Bécquer, Larra, Tirso de Molina o la calle de la Región de Murcia restos de un modelo pseudo cultural franquista. Por proponer, plantea incluso cambiar el nombre de las calles Uruguay y Colombia. Asumamos la palabra del alcalde, asumamos que no se cambiará el nombre de la plaza Antonio Machado sino solo los de las calles con nombres fascistas.

No es pues este un problema político, parece más bien un grave problema intelectual. Hay un indudable peligro en una opinión sectaria disfrazada de supuesto academicismo, porque siempre encuentra público dispuesto a asumir esa presunta verdad porque la defiende alguien revestido de una supuesta autoridad de cátedra. Quién es Josep Abad i Sentís, qué se sabe de su trabajo como historiador, qué ha investigado, qué libros ha publicado, qué clase de rigor académico es el suyo que le lleva a ver el anticatalanismo, el españolismo opresor, el franquismo recalcitrante en decenas de nombres de calles hasta meter en un mismo saco a la pasionaria o a la virgen de la Paloma, a la calle de Candanchú o a la de Gustavo Adolfo Bécquer.

Este capítulo sería solo ridículo, incluso divertido, si no fuera porque demuestra que existe un ensimismamiento en una parte del independentismo que no tiene pudor alguno en caer en esta xenofobia intelectual.

Mi infancia no son recuerdos de la plaza Machado pero me habría gustado que lo fuera y de la calle de Quevedo, de la travesía de Góngora, de la avenida de Goya, de la rambla Lope de Vega o de la ronda Tirso de Molina. Eso sí, dudo mucho que nadie vaya a vivir en la glorieta de Josep Abad i Sentís.