Hora 25 en Barcelona
Ángels Barceló dirige una Edición Especial de Hora 25 desde La Rambla de Barcelona con motivo de los atentados en Cataluña
La firma de Àngels Barceló: 'Las Ramblas están abiertas'
02:40
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004688368/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
No se preocupen, La Rambla está abierta. Jaume Sisa le cantaba a unas Ramblas cerradas, algo que los barceloneses nunca hubiéramos imaginado. Les hablamos hoy desde La Rambla de Barcelona esa avenida que todo el mundo conoce aunque no la haya pisado nunca, esa calle que desemboca en el mar, por la que suben y bajan los turistas, los barceloneses, los que llegan, los que se van, lo primero que se visita, de lo último que uno se despide cuando se va. La Rambla, nuestra Rambla, mi Rambla, las que lleva a la Boqueria, al Liceu, al carrera Hospital, a Pintor Fortuny, al Raval. La Rambla donde se queda con la gente, donde se celebran los títulos de Barça, donde se compraba el primer periódico, cuando los periódicos solo eran de papel, donde se tropieza y donde unos se emboba mirando la vida pasar. Ayer se cerraron las Ramblas, como cantaba Sisa, las cerró el terrorismo, pero el cierre duró poco, las hemos vuelto a abrir, escuchen...
La Rambla vuelve a tener ruido, tímido, no les voy a engañar, pero suena, pero, sobre todo, vive. La Rambla es la vida de Barcelona. Y hoy, más de 24 horas después del brutal atentado, el corazón de Barcelona vuelve a latir.
Lo ha bombeado la gente, vean que no digo los barceloneses, ellos también eh, lo han bombeado todos los que sienten la vida de esta ciudad, de acogida, mestiza, multicultural, abierta, valiente. Esta gente está bombeando el corazón de Barcelona, al grito de no tin por, no tenemos miedo, y si lo tenemos, que sería muy natural, no se lo vamos a decir a los terroristas, no se lo vamos a demostrar.
Ellos no saben que esta es la ciudad que dijo masivamente que no al terrorismo de ETA, cuando el atentado de Hipercor o cuando mataron a Ernest Lluch, esta es la ciudad que dijo masivamente que no a la guerra de Irak, la ciudad del no a la guerra, la ciudad que pide masivamente la acogida de refugiados, la ciudad que tiene siempre las puertas abiertas. Ellos no saben que esta es una ciudad valiente como pocas. Es posible que hoy nos sintamos más vulnerables que ayer, pero les aseguro que nos sentimos infinitamente más valientes que ayer.
En un ataque de egoísmo les diría que Barcelona es mi ciudad, que la siento, desde ayer, en todas las células de mi cuerpo, que me enorgullece su gente, su luz, su mar, su vida. Y por eso sé que esta ciudad, con sus problemas y contradicciones, va a luchar hasta la extenuación contra los fanáticos, contra la locura terrorista, contra los que acusan empujados por la xenofobia y contra los que sacan a pasear sus miserias políticas.
Hoy estamos en La Rambla, esa calle de la que Federico García Lorca dijo que era la calle donde viven juntas a la vez a las cuatro estaciones del año, la única calle en la tierra que yo dejaría no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante en brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre: La Rambla de Barcelona.