"La buena arquitectura es capaz de crear ambientes que generan actitudes"
Alejandro de la Sota, hijo del arquitecto Alejandro de la Sota, habla sobre el derribo de la Casa Guzmán
Madrid
Este mismo lunes, y muy a pesar de las peticiones de los vecinos, se emprendía el derribo de un edificio emblemático en el corazón de Salamanca, el edificio España, levantado hace más de 60 años. ¿Qué desaparece de la memoria colectiva cuando se marcha algo que forma parte de la vida de los ciudadanos y forma parte del paisaje urbano, como lo es un edificio? Hoy, Macarena Berlín y Fran Pastor hablan en Hoy por Hoy de con Alejandro de la Sota, hijo del arquitecto Alejandro de la Sota, sobre la desaparición de edificios emblemáticos y, en concreto, de la Casa Guzmán, obra del padre del invitado de hoy.
'La buena arquitectura tiene que ser un privilegio'
13:00
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Alejandro de la Sota (padre) falleció en 1996, es recordado por muchas personas, como sus alumnos (como un "maestro") y su memoria es guardada por su hijo Alejandro. "Cuando murió mi padre decidimos crear una fundación [Fundación Alejandro de la Sota], hacer esto de una manera seria y consistente en el tiempo", declaraba Alejandro.
Son ya 20 años los que lleva trabajando la fundación contra los derribos, un problema que se ha llevado por delante, entre otros edificios, la Casa Guzmán. "La buena arquitectura, como la buena pintura o la buena música, es un bien escaso y desde luego es imprescindible", declaraba Alejandro de la Sota quien, además, añadía que el siglo XX "ha creado una forma de tradición de arquitectura que tiene sus maestros y sus edificios reconocidos, que son los que hay que proteger para las generaciones posteriores". No obstante, opinaba, sin perder el hilo, que "el derribo es un síntoma de un problema grave".
A pesar de la repercusión emocional que tuvo la desaparición de la Casa Guzmán, a Alejandro de la Sota le sorprendió mucho (para bien) la repercusión social que tuvo y que descubrió gracias a un estudiante de Arquitectura de Alcalá de Henares: "Fueron a hacer un estudio para ver qué se estaba haciendo y vieron una casa derribada", comentaba algo lacónico Alejandro. "Mi padre siempre decía que la buena arquitectura era crear ambientes, y que un ambiente crea actitudes", finalizaba.