Se acabó la convivencia

Madrid

Quisiera recordar hoy, a esta hora, cuando estamos a punto de echar el cierre a otra semana de tensión por el tema catalán, una frase de Joan Coscubiela ayer en el Parlament. "Estoy dispuesto a partirme la cara por qué ustedes voten sobre la independencia en Catalunya, pero no si pisan los derechos de los diputados." Joan Coscubiela está señalado hoy como antidemócrata y situado al lado del PP.

Ayer en este mismo programa, el alcalde de Lleida nos decía que ninguna independencia ni ningún proyecto político merecen la pena si divide al pueblo. Ángel Ros que está preocupado por las presiones de los independentistas si no facilita el referéndum.

Ayer, también, dos políticos catalanes me dijeron a mí, catalana, que desde Madrid no lo entendemos lo que pasa. O sea, que o estas de acuerdo, o no lo entiendes o eres un antidemócrata. Y todo al final se traduce en una profunda división que puede tener su imagen en medio hemiciclo vacío cuando se vota una ley que va a decidir el futuro de Catalunya pero que tiene unas consecuencias mucho más allá de esta imagen. La división de la sociedad, el o estas conmigo o estas con los otros, aunque estos otros sean o seamos tan diversos que entre ellos estan los que siguen defendiendo una consulta como una solución al conflicto.

El discrepante es señalado y cuando se señala nunca es para bien. Se acabó la convivencia.