La mayoría invisible
Las mayorías para serlo han de hacerse visibles y ser contadas en las urnas
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Es un lugar común, y volvió a repetirse después de la Diada. Allí no estaba representada la sociedad, volvió a hablarse de la mayoría silenciosa e invisible. No se trata de negar la existencia de esa mayoría, ni mucho menos reprocharle su silencio o su invisibilidad. En los últimos años la presión del independentismo ha sido abrumadora, pero con todo y con eso hay que recordar que hablar de mayorías invisibles es una contradicción democrática. Las mayorías para serlo han de hacerse visibles y ser contadas en las urnas.
En Cataluña esa posible mayoría no se hizo visible en las últimas autonómicas, las de 2015, lo cual permitió la mayoría absoluta independentista en el Parlament. Ya sé que en aquella ocasión se rechazó su carácter cuasi publicitario pero, sean cuales sean las razones, a la matemática parlamentaria le da lo mismo. Dicen que la mayoría silenciosa en el Reino Unido estaba en contra del brexit, dicen, pero el hecho es que no se sustanció. Macron ganó en las últimas elecciones con el 42% de participación. El actual alcalde de Nueva York con el 25. Nadie se atreve a especular con la voluntad de la mayoría ausente.
Con este comentario no estoy queriendo decir que esa mayoría silenciosa de Cataluña tenga que ir a votar en el referéndum del 1 de octubre si quiere derrotar al independentismo. No puedo decirlo, primero porque el referéndum se ha declarado ilegal y además no debo hacerlo porque dar por supuesto el sentido del voto de ciudadanos libres es una impertinencia y una fuente de grandes meteduras de pata. Solo digo que la mayoría invisible es un concepto de valor sociológico, pero en política no existe.