"Siempre fui un socialista sin partido y un cristiano sin Iglesia"

Hizo radio. Fue director de Radio Nacional de España (RNE) y posteriormente director de nuestro programa, A Vivir que son dos días, durante diez temporadas. También hizo televisión. Su paso por el Telediario del fin de semana en Televisión Española (TVE) en los 90 hizo que se convirtiera en uno de los rostros más populares de la pequeña pantalla. Su faceta como periodista no le ha impedido volcarse en la escritura, una actividad que le apasiona y le ha hecho merecedor de varios premios literarios como el Planeta por la novela La mirada del otro (1995): “La literatura te hace buscar, indagar en las cosas”, afirma con vehemencia. Pero nuestro invitado se emociona especialmente cuando habla de poesía porque para él ser poeta significa algo muy profundo y comprometido: “La poesía es lo que más me interesa, me considero un poeta frustrado.”

Cuando escuchas la voz de nuestro invitado sobran las presentaciones. Fernando Delgado, periodista y escritor, nacido en Tenerife en 1947, posee una dilatada y brillante carrera profesional a sus espaldas. En 2015 decidió dar el salto a la política por una “cuestión ética” y actualmente es parlamentario del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV). Siempre tuvo “alma de político”, la política le atrajo desde muy joven aunque se sorprendió mucho cuando el secretario general de los socialistas valencianos, Ximo Puig, le llamó para pedirle que formara parte de la lista socialista a Les Corts Valencianes: “Siempre he sido un socialista sin partido y un cristiano sin Iglesia.”

Charlar con él es dibujar nuestra historia más reciente, viajar por el mundo del periodismo de los últimos años, además de un ejercicio de madurez y libertad. Cumplir años le permite hablar sin tapujos sobre el ejercicio del periodismo, tan deteriorado: “Vivimos una época de un profundo retroceso. Existe una pérdida de talento y de autocrítica.” Fernando es un veterano al que le duele ver el teatro miserable y barato que representan muchos compañeros de profesión. Y lo denuncia sin pudor.