Cataluña: noticias de la ficción
Estamos alerta por la fecha del 1 de octubre. ¿Pero lo que ya ha ocurrido no es tan grave como el hecho de que puedan colocarse urnas dentro de dos semanas?
Cataluña: noticias de la ficción
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El calendario corre y no hay un solo indicio de que la situación en Cataluña vaya a reconducirse. Antes al contrario: el independentismo galopa ya al margen de la legalidad, da por buenas leyes que no existen, se rige por ellas y, lo que es peor, ha embarcado en su desafío a más de 700 ayuntamientos, colectivos privados y a un buen número de juristas que estiran y encogen el Derecho para justificar un encaje imposible para un proceso fraudulento, las mismas contorsiones que hace Ada Colau en lo suyo. El Govern ha iniciado algo parecido a una campaña por el referéndum. Y ha dejado de justificar sus gastos ante el Hacienda, por lo que podemos sospechar que la Generalitat está gastando el dinero de todos los catalanes en promover una consulta que solo responde a una parte de la población y que está en flagrante ilegalidad. Mientras, se insulta, presiona y amenaza a los alcaldes que cumplen la ley. Estamos alerta por la fecha del 1 de octubre. ¿Pero lo que ya ha ocurrido no es tan grave como el hecho de que puedan colocarse urnas dentro de dos semanas?
Y entre los efectos indeseados de estos días, cabe anotar que la verdad y los argumentos ciertos han pasado a mejor vida. Estamos en una especie de todo vale.
El lenguaje pervertido, y con el lenguaje la verdad, que como se sabe es siempre la primera víctima. Llaman referéndum a algo que no lo es, dicen tener avales que no existen de organismos internacionales, manipulan al defender que la legitimidad se superpone a la legalidad. Y lo más grave: han logrado convencer a mucha gente de que la tarea que le queda por hacer al Gobierno es la propia de un estado totalitario y anti democrático. Pero no, hacer cumplir la ley no es una actitud represora, por más que muchos aguarden la acción del gobierno como agua de mayo para su victimismo. Los independentistas y el gobierno de Cataluña han llevado al Estado a un callejón sin salida. Ellos son los responsables directos de lo que ocurre. Pero pronto va a tocar hablar del camino que hemos recorrido para llegar hasta aquí y el PP tendrá que dar muchas explicaciones. Pero esa es la segunda derivada. La primera, hoy, es hacer cumplir la ley para que España siga siendo un país reconocible y homologable como Estado de derecho.