Jerusalén, un arranque inédito y polémico para el Giro 2018
Ha pasado más de un siglo desde la última vez que la prueba ciclista arrancó fuera de Europa. La seguridad durante la carrera será uno de los desafíos de las autoridades israelíes
Madrid
Por primera vez en más de un siglo de historia el Giro de Italia arrancará fuera de Europa. Y el destino elegido ha sido Jerusalén, ciudad emblemática, llena de magia e historia, fotogénica pero también polémica.
La primera etapa, una contrarreloj de 10,1 km, pasará el 4 de mayo de 2018 a las puertas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, considerada por la comunidad internacional una zona ocupada por Israel desde 1967. En los dos días posteriores la carrera se desplazará hasta Tel Aviv y después circulará por el desierto del Neguev, hasta la ciudad israelí de Eilat, en la frontera con Egipto y Jordania.
"Es importante para la internacionalización del ciclismo (…) La historia y la singularidad de esta tierra nos llevaron a elegir Israel para este gran comienzo", se felicitó el director de la carrera Mauro Vegni, durante la presentación de estas tres etapas en Jerusalén.
La elección de Israel para organizar estas tres etapas se debe en parte a Sylvan Adams, un empresario judío canadiense que habría convencido a los organizadores del Giro y que también habría contribuido a la financiación del proyecto. Porque según cálculos publicados esta semana por el diario deportivo francés L’Equipe, las tres etapas podrían costar a Israel unos 12 millones de euros debido a las exigencias de logística y seguridad.
“Me parece un acierto que el Giro comience en Jerusalén (…) Creo que será una gran oportunidad para los israelíes y un momento muy especial para los telespectadores. El Giro es una gran carrera, siempre la he recorrido con una sonrisa en el rostro”, declaró el ciclista español Alberto Contador, recientemente retirado y dos veces campeón de esta carrera.
Para Israel, la carrera será el momento de promocionar la imagen del país y de atraer turistas. “Queremos atraer turistas durante el Giro y promover la imagen de Israel ante los espectadores del mundo entero”, explicó el ministro israelí de Turismo, Yariv Levin.
La edición 2018 del Giro homenajeará además a Gino Bartali, campeón italiano de la carrera fallecido en 2000 que fue reconocido Justo entre las naciones por haber salvado a numerosos judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Pero el hecho de que Israel organice estas tres etapas genera malestar entre algunos equipos que forman parte de la carrera, sobre todos dos, procedentes de Bahrein y Emiratos Arabes Unidos, países que no reconocen la existencia del Estado de Israel.
La identificación de Jerusalén con Israel que realizan los organizadores del Giro también ha molestado a las autoridades palestinas que recuerdan que Jerusalén es una ciudad ocupada y reivindican Jerusalén-Este como la capital de su futuro Estado.
“Es una situación que estamos evaluando muy seriamente debido a que claramente el mensaje que se difunde es que la Ciudad Vieja de Jerusalén es parte de Israel, algo que es contrario a la ley internacional”, declaró a la Cadena SER Xavier Abu Eid, un portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). “Para Israel estas etapas del Giro son un paso más en su estrategia de normalizar la ocupación” de los territorios palestinos, agregó.
La seguridad durante la carrera será uno de los desafíos de las autoridades israelíes quienes aseguraron sin embargo en estos días que no temían que se organizaran protestas durante la carrera ciclista por parte del movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), que insta al boicot económico, político y cultural de Israel para lograr el fin de la ocupación de los territorios palestinos. “El hecho de que la dirección del Giro haya confiado en Israel es un mensaje claro de que ningún intento para boicotearlo funcionará”, consideró Levin.