'Fe de Etarras' atiza al nacionalismo español y al vasco
El director Borja Cobeaga y el guionista Diego San José presentan en el Festival de Cine de San Sebastián, 'Fe de etarras', película de Netflix que se ríe de los etarras y del nacionalismo
San Sebastián
Cataluña llena de esteladas, grupos ultras sacando banderas españolas para animar -no se sabe muy bien a qué- a la Guardia Civil y Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, desplegando banderas de España gigantes y animando a los madrileños a emularla. En el fin de semana de las banderas, llega al Festival de Cine de San Sebastián, Fe de etarras, la comedia de Borja Cobeaga, producida por Netflix sobre un comando de ETA conviviendo en un piso franco. "La película se estrena justo cuando el ayuntamiento de Alcorcón está repartiendo banderas de España", decía el director.
El guion y la idea llevaban listas hace varios años, pero ha tenido que ser la plataforma en streaming la que se atreva a llevar a la gran o pequeña pantalla esta comedia retorcida sobre el final de ETA y los tópicos absurdos de todo nacionalismo. "La película es, por un lado, un retrato de la vida de un comando, pero en un momento de mayor ataque de españolidad que ha habido, como es el Mundial de Sudáfrica. Hay cosas de la peli que no eran intencionadas y, sin embargo, están hoy", decía Cobeaga. "La película y la actualidad comparten el grito de A por ellos. Yo soy español", añadía el guionista de la cinta, Diego San José.
La actualidad ha adelantado por la derecha al guion de la cinta. Hemos visto a la Guardia Civil preocupada por tapar un piolín pintado en uno de los barcos policiales que mandaron a Cataluña. Pero además, el estreno de Fe de etarras, presentada fuera de concurso en la sección Zabaltegi de San Sebastián, llega con polémica. No tanto por la película, como por la denuncia de la Guardia Civil ante la Fiscalía por la lona gigante que Netflix desplegó en un edificio donostiarra con la frase "Yo soy español" tachada.
Hasta el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, ha tenido tiempo para intervenir y mandar una carta a Netflix, no para pedir una suscripción; sino que retiren la lona. La sorpresa es que no pidiera que la plataforma retirara también los anuncios en los que ponía la frase de Rajoy a Bárcenas, "sé fuerte". "Creo que el ministro de Interior tiene otras preocupaciones este fin de semana como para ver la película", bromeaba Cobeaga sobre la convocatoria este 1 de octubre del referéndum en Cataluña.
La pureza de la sangre, la gastronomía y el fútbol son los puntos de fricción entre este comando de etarras compuesto por Javier Cámara, Gorka Otxoa, Miren Ibarguren y Julián López, un etarra de Albacete. Cámara incluye una dimensión trágica. "La película transcurre como Esperando a Godot. Lo que me gustaba de la parte trágica es que es alguien que tiene que dar un paso adelante y no sabe cómo hacerlo. Me gustaba mucho como esos personajes abandonados", explicaba Javier Cámara su personaje. "Veníamos de Ocho apellidos que es lo contrario a la tragedia y en esta película queríamos hacer una versión más personal, de las películas que nos gustan como espectadores. Somos los javis de la bajona", bromeaba San José mencionando a Javier Calvo y Javier Ambrossi, directores de La llamada, película presentada también en el certamen.
Frente al drama de unos etarras abandonados, que perciben lo absurdo de su existencia, los gags, la mayoría surgen de la comida y el fútbol, dos elementos que configuran lo identitario y que tienen gran peso en el guion. "La película habla de cuando te tomas demasiado en serio tu bandera y el rechazo a la bandera ajena. El fútbol en España ha venido a cumplir una función de lo que es la patria en otros países. Por eso, hablar de nacionalismo y ubicarlo en aquel Mundial en el que se empezó a hablar de la roja, era ideal como marco", explicaba San José. "Teníamos una idea de hacer que Kale Borroka viaja en el tiempo para cambiar el resultado el España-Malta", continuaba Cobeaga.
Cobeaga y San José ya habían tratado el tema de ETA. El primero en Negociador, y juntos Vaya semanita, programa de humor donde ya se parodiaba a Batasuna y al nacionalismo. ¿Qué ha cambiado en estos años para que ahora se ponga el grito en el cielo y antes, con ETA en activo, no? "Cuando hicimos Vaya semanita, ETA estaba en activo, pero la sociedad estaba muy asqueada. Creo que eso se ha superado. En la sociedad vasca no creo que pase tanto, pero en la española hay linchamiento. Las redes sociales están permitiendo ser muy sectario", respondía Cobeaga. "La peli habla del nacionalismo vasco y el nacionalismo español y lo que hay ahora es un reflejo. Twitter es lo que ha cambiado. Pero es importante que los que hacemos comedia no perdamos la forma de hacerla aunque haya polémica", añadía el guionista de la cinta", decía Diego San José.
Para disgusto del ministro, de la AVT y de Hazte Oír -estas dos últimas organizaciones sin ver la cinta pidieron que no se estrenase por frivolizar sobre el terrorismo-, Fe de etarras es una comedia que desnuda todo tipo de fanatismo, el españolista y el vasco, o incluso sin mencionarlo, el catalán, además de una apología de la reconciliación y la convivencia.