Rosalía: "Los géneros musicales se han diluido"
La joven artista presenta una canción homenaje a Enrique Morente antes de viajar a Las Vegas para la gala de los Grammy Latinos donde aspira a Mejor Nueva Artista
Barcelona
Rosalía (1993) va haciendo sus sueños realidad. El último en cumplirse ha sido la nominación a los Grammy Latinos como mejor nueva artista, un reconocimientos que llega tras el mágico y multitudinario concierto que dio frente a la catedral en las fiestas de la Mercé en Barcelona. Tras la gran sensación que dejó Los Angeles, Rosalía publica Aunque es de noche (Universal Music), un single digital. Un hermoso poema de San Juan de la Cruz que popularizó Enrique Morente y que esta vez lo disfrutamos en la voz de una artista para la que su límite es el cielo.
¿Por qué habéis decidido publicar este single ahora?
Es curioso, porque yo me tengo que obligar a escuchar discos completos, para ver distintas fórmulas, conceptos, ya que mi generación está más acostumbrada a la cultura del clic, a escuchar canciones sueltas. Y esta es una canción que se quedó en el tintero, pero que siempre la hemos ido haciendo en el directo, y queríamos que la gente la escuchara. La gira se acabará pronto, en el mes de marzo, a finales de febrero en Madrid y el 1 de marzo en el Palau de la Música en Barcelona. Con lo cual, queríamos dejar constancia de esta canción. Y además era un homenaje al maestro, a Morente. Ya que creo que no ha habido nadie como él, nadie que se le acerque y que arriesgara tanto.
Tú interpretas que Morente era capaz de todo, ¿no? En parte ese era uno de sus grandes secretos.
No tenía límites, ni como artista ni como flamenco. Como lo diría… Tenía una mentalidad muy abierta, muy avanzada. No dejaba de investigar, no tenía miedo a equivocarse.
Hace poco entrevisté a su hijo Kiki, que acaba de publicar Albaycín, y explicaba que cuando él se apuntó al Conservatorio de Música de Granada, su padre también lo hizo, iban juntos a la escuela, y por la tarde estudiaban en casa las lecciones, nota por nota. Imagina si era inquieto y auténtico.
¿Ves? Qué bonito. Esa es la grandeza que él tenía, siempre tenía ganas de aprender, ¡era increíble!
¿Y por qué elegiste esta pieza en concreto?
Sobre todo por la letra, que es de San Juan de la Cruz. Tenía un halo de espiritualidad muy clara, y por otro lado, te habla también sobre la muerte, eso encajaba muy bien dentro del proyecto. Y creo que era necesario hacerle este pequeño homenaje a Morente, lo merece.
De hecho, ahora que hablas de la muerte, el concepto general de tu disco Los Angeles estaba basado en ese tema. ¿De dónde te venía esa necesidad de mostrar esa cara más oscura?
Lo primero que teníamos claro era que queríamos que fuese un disco conceptual, era un buen punto de partida, que fuese rico para empezar construir. Y entonces buscar la inspiración, tanto la melodía como las letras, pensando en cómo sería el enfoque, con toda esa oscuridad tan interesante. Era una manera de conectar todos los cantes entre ellos, y defenderlos en una obra como esta.
Además, el proceso fue también de auto descubrimiento, no dejaste de investigar en ningún momento, un proceso largo de selección hasta encontrar todo el material que necesitabas.
Cierto, ha habido mucha emoción, mucha paciencia. He ido poco a poco, dedicándole mucho tiempo, escuchando todo el material posible.
Y con el objetivo de que todo tuviese una coherencia, ¿no?
Todas las letras hablan sobre la muerte, pero lo interesante era que cada palo se interpretara y entendiera de una manera diferente, sino no tendría gracia. Buscaba que fuese algo como de orfebrería, muy delicado.
¿Y qué hay de biográfico en todo esto? ¿O bien es algo que prefieres observarlo desde lejos?
Lo que me interesa es decir cosas que de otra manera nunca dirías, tomo la mirada de alguien ajeno, otro espejo, a mí eso me hace crecer como intérprete. Ese es otro canal para mí, si lo hiciera desde un plano más propio, entonces todo esto no me haría crecer. La idea era buscar temáticas que me removieran por dentro, historias que me conmovieran. Yo nunca elijo las letras porque creo que moralmente son las correctas, más que nada busco que tengan una gran carga emocional.
Es que la música en general es emoción, no se puede entender de otra forma.
Es que si no hay emoción, no estás haciendo bien tu función.
Y el flamenco, como género, es pura emoción. Muchas veces se muestra de una manera cruda, muy real.
Y el punk por ejemplo, también tiene mucho de eso. ¿Sabes que te quiero decir?
Pues sí, también es muy visceral. Y además, también escriben sobre temas sociales, plantea las problemáticas de nuestro día a día.
La clave para mí es cómo abordas un género, depende mucho de la implicación emocional de cada cual, del punto de vista que tú le des.
Un ejemplo muy claro es la versión que hicisteis de I see the darkness de Will Oldham, puedes comparar tú versión con la original, o con la que hizo Johnny Cash, son emociones distintas desde prismas a veces opuestos.
No tienen nada que ver, es el mismo material pero tratado de otro modo, eso es lo que a mí me fascina. Llevarla a mi terreno aunque en principio no entre dentro de esos cánones.
Hablando de letras, una vez dijiste que tu favorita era la de Si tú supieras compañero. ¿Qué significa para ti? ¿Por qué esta concretamente?
Lo que a mí me gusta de las letras del flamenco es que es material popular, como sabiduría del pueblo, me gusta que en cuatro párrafos, puedas perfilar una sola vida. Y a mí eso, me parece tan potente. Y que todo el mundo lo entienda, con un contenido duro pero a la vez accesible, por esa razón esa obsesión mía por buscar siempre letras que me atraigan. Las encuentro a veces en libros o en compilaciones de letras populares.
¿Qué opinas entonces de esta nueva generación de artistas flamencos, con nombres como el tuyo, el de Silvia Pérez Cruz o el de Rocío Márquez? Llegáis hasta aquí con una mentalidad muy abierta, con ganas de hacer cosas distintas. Porque el flamenco es un estilo que siempre hemos asociado a nuestros padres, incluso a nuestros abuelos, y lo que habéis conseguido, es que esto llegue a un público muy heterodoxo, más joven.
Yo creo que Silvia o Rocío pertenecen a otra generación que ya es distinta a la mía. Y nosotros lo estamos viviendo de una manera muy fresca, a ellos les llega como algo nuevo, sin las limitaciones que antes se le podían atribuir al flamenco. Y la gente joven está diciendo, “esto es si que es nuestro”.
Con esa sensación de pertenencia, ¿no?
Exacto, eso es.
En ese sentido, también podríamos hablar del hip-hop, hay ese mismo sentimiento, de estar ante algo propio, con un discurso distintivo.
Las temáticas muchas veces están conectadas, ¿no crees? Ahora surgen artistas que tratan de explicarte lo que está pasando, teniendo en cuenta que podrían venir del gueto, y en cambio son propuestas muy originales que tienen mucho que ver con lo sucede hoy en día. En ese contexto no formarían parte de esto de manera natural, fíjate en festivales que ya programan de forma más integradora. De buenas a primeras, según esa filosofía, no tendría cabida el flamenco, y en cambio, si hay una apertura en general que yo celebro.
El hecho de estar con un músico como Refree que toca con músicos muy distintos entre sí, supongo que también te abre más puertas, ¿no?
Desde el día en que nos conocimos, nos dimos cuenta que teníamos una manera de ver y vivir la música muy abierta. En mi ideario había referencias musicales con un espectro amplio, así que esta nunca podría ser una propuesta cerrada, lógicamente pueden entrar muchas cosas. Y así ese público me recibirá bien, lo que hago es algo más cercano, más suyo. Yo empleo una serie de códigos que ellos entienden, y conectamos. No lo buscamos desesperadamente, pasa y ya está, es una consecuencia natural.
Los Angeles tiene un punto de riesgo, de atrevimiento. ¿Cómo pensabas que iba a recibir la gente esta propuesta?
Había algún precedente, pero yo en mi interior pensaba, ¿no sé si esto va a gustar a alguien? Y no es que tuviera miedo, quería concienciarme de que podía pasar cualquier cosa, estaba preparada para todo tipo de sorpresas. Además, etiquetar la música ahora cada vez es más difícil, en las tiendas de discos, a veces no saben dónde ponerlo.
A mí eso me pasó el otro día, buscaba un disco de Sleaford Mods después de ver un documental sobre ellos que me gustó mucho, y no sabía exactamente dónde lo podía encontrar, si en la sección de rock, de hip-hop o en la de electrónica.
Es que en la música de hoy, yo creo que los géneros se han diluido. Y lo veo como algo positivo, las posibilidades son infinitas.
Comentabas que en breve acabáis la gira, ¿te planteas esto como el final de un ciclo o crees que habrá una continuidad en el trabajo que comenzaste con Los Angeles? ¿Ya estás pensando en ello?
Cada vez que puedo, cuando tengo un momento libre, voy al estudio a probar cosas. Mi intención es seguir creciendo como cantaora, seguir ahondando en esto. De aquí a diez años, ya veremos, pero de momento tengo esta inquietud. Quiero seguir descubriendo caminos para acercarme más aún a un género como este.
En el festival Ornitofest de hace unos años, hiciste un experimento de pop electrónico con Refree.
Son cosas que disfrutas, y que de vez en cuando me las quiero permitir, son licencias a las que no quiero renunciar. Colaborar con otros músicos y seguir aprendiendo, ese es el fin.
También has colaborado en teatro con la Fura del Baus, o en el cine pusiste tu voz al servicio de Blancanieves de Pablo Berger. ¿Tienes gusanillo de probar en otros terrenos artísticos o prefieres priorizar la música a otras cosas?
Yo también he estudiado teatro, y la interpretación es una de las cosas que a mí me apasionan, pero ante todo me quiero centrarme en esto, en la música. No quiero perder el hilo de lo que estoy haciendo. Esto para mí es un oficio, como cualquier otro, y eso comporta concentración.
Y para acabar, estás nominada en los Grammy Latinos como mejor nueva artista.
Estoy muy contenta, fue una gran sorpresa. Espero disfrutar la experiencia en Las Vegas, nunca he estado allí y me apetece mucho. Es una oportunidad para internacionalizar lo que estoy haciendo, Estoy muy agradecida, me siento bendecida.