Volvamos a la corrupción

Madrid

Volvamos a la corrupción, volvamos a lo que sigue siendo una de las principales preocupaciones de los españoles. Catalunya nos había distraído mientras los casos de corrupción, que afectan al PP, siguen su curso judicial, no el político, porque a los dirigentes populares ya les ha ido bien que durante tanto tiempo estuviéramos distraídos.

Así que prestemos atención de nuevo. El PP va a ser el primer partido político que se va a sentar en un banquillo. Lo va a hacer para responder a la acusación de dos posibles delitos relacionados con la destrucción de los discos duros de los ordenadores del extesorero Luis Bárcenas. El partido del gobierno en el banquillo y su respuesta es un ataque frontal a las acusaciones. Sigue el PP sin reconocer nada, sin asumir ninguna responsabilidad política. Intentan hacer creer que todo sigue siendo cosa de unos cuantos que se han aprovechado de ellos, que el partido y sus responsables no tienen ninguna responsabilidad.

No hace mucho escuchamos a un responsable de la UDEF declarar en sede parlamentaria que Rajoy cobró dinero en B, recuerden esa frase de indiciariamente sí. Ayer escuchamos a un empresario contar como era eso de las aportaciones al PP a cambio de adjudicaciones. Hoy hemos vuelto a ver a Granados declarando y sonidos de conversaciones entre Ignacio González y Eduardo Zaplana que hacen sonrojar a cualquiera.

Bueno, a cualquiera no, porque ya pudimos escuchar a Aznar el otro día, aquí en la SER, sin inmutarse por la corrupción, si acaso al contrario, elogiando, por ejemplo a Rodrigo Rato o afirmando no conocer a algunos de los invitados a la boda de su hija, y más recientemente a Rajoy asegurando que la corrupción que salpica al PP es del siglo pasado. Lo que es del siglo pasado es su respuesta, del siglo pasado y de otro concepto de democracia.