La injusticia se instala

Hoy se celebra en Gottemburgo (Suecia) la llamada Cumbre Social, una reunión en la que participan los dirigentes de los países miembros de la Unión Europea, Mariano Rajoy incluido, y representantes de treinta organizaciones del mundo sindical, profesional y empresarial, así como asociaciones juveniles y educativas. Se supone que los jefes de Gobierno firmarán un documento sobre un posible pilar social de la UE, destinado a promover el empleo y un crecimiento justo.

Previo a esa reunión se suele hacer público un Índice de Justicia Social en el que se analizan 38 criterios sociales y económicos y se califica a los países miembros de la UE de acuerdo con ellos. Importa mucho saber que España figura entre los peores, concretamente en el puesto número 24 de los 28 posibles y que el repunte en la creación de empleo, tan pregonado por el gobierno de Rajoy no ha producido mejoría sensible en la injusta situación del país. No es solo que el paro juvenil siga siendo superior al 35%, una cifra que augura un pésimo futuro, es que, además, la tasa de abandono escolar es la segunda más alta de la UE, solo por detrás de Malta, y que la desigualdad en los ingresos nos coloca al lado de Rumania o de Bulgaria, muy por debajo de países muy próximos a nosotros, como Portugal o Italia. El informe llama la atención sobre el temible avance del número de parados de larga duración. Son cifras en términos globales que producen un gran desánimo. Pasan los años, la crisis dicen que queda atrás, pero quienes pagaron injustamente por ella siguen sin poder levantar cabeza. La justicia se aleja, la injusticia se instala. ¿Qué político no se sentiría amargado por unos resultados tan tristes?