Un acuerdo que se renueva en privado

Madrid

El Congreso ha votado hoy y ha aprobado el nuevo cupo vasco. Ha sido un trámite exprés en el que se ha sometido a votación el acuerdo entre Rajoy y el PNV sin la posibilidad de modificación, y, esta vez, el debate y la polémica ha sido más sonora que en ocasiones anteriores. En el hemiciclo, Ciudadanos y Compromís han votado en contra. Fuera del hemiciclo, presidentes de diversas comunidades y de diversos colores han manifestado su desacuerdo.

La polémica por el cupo vasco estalla en plena crisis territorial del Estado. Parece, como mínimo, poco oportuno el momento, y así se ha armado el lío. El concierto vasco, recogido en la Constitución, herramienta de los nacionalistas vascos cuando desde Moncloa les hacen ojitos para conseguir mayorías. Un acuerdo que se renueva en privado y que se ahorra el trámite de la negociación, vamos a llamar, colectiva. Y así Rajoy, sin cámaras, renueva el cupo y aplaza eternamente el debate sobre la financiación autonómica.

Y se aplaza también otro debate, el que debe abordarse en la comisión promovida por el PSOE para estudiar el funcionamiento territorial. PP y Ciudadanos han frustrado las aspiraciones socialistas que querían empezar con ello antes de las elecciones catalanas e ir avanzando hacia unas conclusiones que pudieran servir para la reforma de la Constitución. Está claro que muchas ganas por parte de los populares y Ciudadanos no hay. Sigue Pedro Sánchez confiando en la palabra de Rajoy que le manifestó su compromiso para la reforma, pero todos los gestos parecen indicar lo contrario.

El PSOE vota a favor del cupo pactado entre el gobierno y el PNV, a pesar de la oposición de sus barones y recibe un jarro de agua fría en su comisión. No se puede decir que le este saliendo muy bien a los socialistas su apoyo a Rajoy, sobre todo en la crisis catalana, a cambio de la promesa de la reforma de la Constitución.