García, Portet y las dos Cataluñas
Cuando se cumplen 20 años de la disolución del grupo barcelonés, recordamos en 'Matinal SER' el origen de la ruptura
Madrid
Primero, la efeméride. El Último de la Fila, Manolo García y Quimi Portet, anunciaron su disolución el 13 de enero de 1998, hace justo 20 años, después de 14 como pareja musical a sus espaldas, nueve discos, y más de dos millones y medio de copias vendidas. Fue uno de los grupos de pop rock, aflamencado por la voz de García, de mayor éxito en las décadas de los 80 y 90. De hecho, este año se cumplen aniversarios redondos de sus mayores hitos.
MATINAL SER | EL ÚLTIMO DE LA FILA
02:52
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004871818/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
En 1988, hace tres décadas, grabaron en Francia el que muchos seguidores consideran su mejor disco: Como la cabeza al sombrero. Fue su primer superventas gracias a los singles Ya no danzo al son de los tambores, Sara, A veces se enciende y Llanto de pasión.
Aquel mismo año llegó su consagración internacional al participar como artistas invitados de la gira de conciertos Human Rights Now!, una veintena de espectáculos organizados por Amnistía Internacional para concienciar sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el 40º aniversario de su ratificación, gira que en septiembre recaló en Barcelona, ciudad natal del grupo.
Su último gran éxito llegó en 1993 con su penúltimo álbum de estudio: Astronomía razonable batió el récord de semanas consecutivas como número uno en ventas en España, todo un logro en la era preinternet, gracias a hits como El que canta su mal espanta o Como un burro amarrado a la puerta del baile y de baladas como Mar antiguo y Lápiz y tinta.
¿Cantem?
Se ha especulado mucho sobre el origen de la ruptura de El último de la fila. La explicación más precisa la ofrecía el propio Manolo García en una extensa entrevista a la revista Jotdown:
Fue una ruptura hablada, pactada. Yo entendía que Quimi empezaba a estar incómodo con el tema lingüístico. El tema de la lengua para él es importante, él es catalán. Yo soy de los otros catalanes: soy catalán, evidentemente, y con todo el orgullo, pero mi lengua materna es el castellano. A él le apetecía que hiciéramos alguna canción en catalán, y yo encantado, hicimos alguna canción con Maria del Mar Bonet, en algún vídeo está ya algún guiño mío como lo de que soc de Barcelona i em moro de calor, de cara a Quimi, para hacerle reír un poco y complacerle a él. A mí me era indiferente. Yo defiendo absolutamente que los catalanes hablen catalán, evidentemente, y yo puedo hablar catalán, pero no tengo esa sensación de patria, igual que tampoco la tengo de patria española. A mí lo de los Estados y los Gobiernos no me interesa nada.
Fue el propio Portet quien publicó hace año y medio un par de tuits en su perfil de Twitter quejándose de que un camarero al que pidió un café con leche en el barco de Baleària que hacía la ruta Formentera-Ibiza no entendía su comanda, que hizo en catalán. Además, en la noticia que informaba el día después de la disolución de El Último de la Fila, El País detallaba:
Hace unos años Quimi Portet ya editó un primer disco en solitario, Persones estranyes (1987), que ha tenido continuidad en el reciente Hoquei sobre pedres (1997), una obra, como la anterior, interpretada en catalán y en la que Quimi da rienda suelta a sus canciones y a su faceta como vocalista. (...) Manolo García afirmaba ayer: "Lo más importante de esta noticia es que la decisión la hemos tomado de buen grado, sin que medien problemas personales y sin que ello signifique que Quimi y yo dejemos de hacer paellas y divertirnos juntos".