Año I d. T.
Si alguien piensa aún que Trump no sabe lo que hace, se equivoca. Sabe que es presidente de la potencia más poderosa del planeta y le importa un bledo hacer lo que piensa con o sin amigos
Madrid
En el año I después de Trump, todos nos abrochamos el cinturón ante un mundo que se mueve al ritmo de los aparente cambios de humor del magnate metido a Presidente, dicen que a su pesar. El otro presidente de moda, Emmanuel Macron, ha reconocido en la BBC que "Trump no es un político clásico" y que a veces le convence y otras no. Es el caso de la retirada de Estados Unidos del acuerdo sobre el clima de París. Trump es un "negacionista" climático como es también un xenófobo y un racista que prefiere a los noruegos a los africanos. Como prefiere mantener la conexión directa con las masas a través de tuiter y, como pasa en estos momentos con el bloqueo de la administración, utilizar la red social para meter presión a sus adversarios. Ya sean los demócratas o Kim Yong-Un.
Si alguien piensa aún que Trump no sabe lo que hace, se equivoca. Sabe que es presidente de la potencia más poderosa del planeta y le importa un bledo hacer lo que piensa con o sin amigos. Ahí tenemos el desplante al confundido Reino Unido. La economía le lleva en volandas a la reelección y los europeos deberían aprovechar para reforzar la Unión Europea, ahora que Francia y Alemania tienen una agenda común gracias al anti-Trump: Martin Schulz.