Cuidado con las cosas de comer
La idea del PP de tocar la lengua, punto sensible donde los haya, pertenece a este grupo de estupideces, del no tenemos ni idea de qué hacer y vamos a ver si probamos con excitar aún más los bajos instintos del nacionalismo más rancio

Cuidado con las cosas de comer
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¿Tiene alguna solución el llamado problema catalán? Quizá sí o quizá no, pero hay caminos que desde antes incluso de echar a andar, ya sabemos que nos llevan de cabeza al desastre. Son esas iniciativas que el vulgo conoce como ideas de bomberos, con perdón de tan admirados y heroicos trabajadores. La idea del PP de tocar la lengua, punto sensible donde los haya, inmersión por aquí o por allá, pertenece o bien a este grupo de estupideces, o ya definitivamente al de hemos perdido la cabeza, no tenemos ni idea de qué hacer, vamos a ver si probamos con excitar aún más los bajos instintos del nacionalismo más rancio, que lo mismo les quitamos unos cuantos votos a Ciudadanos. Solo lograremos enconar aún más la situación, ayudando a la ruptura definitiva de puentes, pero nos jalearán nuestros fans, prensa de la caverna en primera fila. El debate no es la inmersión, es si tiene derecho a cambiar el status actual, en esta situación de emergencia del 155, un partido que tiene solo 4 diputados, repito, cuatro diputados, sin contar con los 131 restantes. A no ser, claro, que el Gobierno solo quiera amenazar a los independentistas como el matón en la barra de la cantina del Oeste. Hagan gobierno o empiezo a romper crismas. Error sobre error, porque con las cosas de comer no se juega.
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