Sus obsesiones son nuestros miedos

Madrid

Las películas de David Cronenberg podrían catalogarse mayoritariamente dentro del cine fantástico pero van mucho más allá gracias a la personal mezcla de una serie de temas que se repiten una y otra vez en todas sus películas: el sexo, la tecnología, la enfermedad, las mutaciones, la locura... Sus obsesiones se convierten de esta forma en nuestros miedos, llenando su cine de imágenes perturbadoras. Los mundos del director canadiense son insanos y sus protagonistas pueden parecen normales por fuera pero siempre están enfermos por dentro. Incluso en sus películas más alejadas del fantástico como “Una historia de violencia” (2005), la brutalidad se propaga como una enfermedad infecciosa, un virus de violencia que se va extendiendo por todos los personajes de la película.

En “Crash” (1996) los protagonistas se excitaban sexualmente participando en accidentes de circulación; en su ópera prima “Vinieron de dentro de…” (1975) quienes quedaban infectados por un extraño parásito se lanzaban a una desenfrenada actividad sexual; en “Spider” (2002) nos proponía un escalofriante paseo por la mente de un esquizofrénico; en “ExistenZ” (1998) el videojuego que da nombre al título, tiene forma de útero y se juega con él de forma orgánica y, en “Inseparables” (1988), uno de sus mayores éxitos comerciales, los ginecólogos gemelos que encarnaba Jeremy Irons compartían fraternalmente sus conquistas amorosas y reivindicaban la belleza de los órganos humanos: "Debería haber concursos de belleza para el interior de los cuerpos. El mejor bazo, los riñones más desarrollados…".

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Muchas de las películas de Cronenberg son objeto de culto pero dado su gran talento para la narración, hasta los aficionados menos entregados esperan con cierto morbo sus nuevas películas. "Busco descarrilar las expectativas del público para que vea cosas que nunca ha visto antes", dice el director. Aunque, en su caso, lo que el espectador nunca ha visto antes se sitúa siempre en esa indefinida línea que, dependiendo de sensibilidades, separa, más allí o más acá, lo asombroso de lo desagradable. En este reportaje de radio repasamos su carrera.