Zorionak, ‘Lagun’

San Sebastián

Arratsalde on porque les hablamos desde Euskadi, desde Donosti. Nos encontramos en el Kursaal. Siempre es un placer –y un honor- verse cara a cara con los oyentes, pero es que hoy además nos trae aquí una historia de esas que merecen mucho la pena ser contadas: la historia de una librería. No es la película de Isabel Coixet, pero desde luego tiene enjundia para una película, para una novela, para lo que sea, porque además está basada en hechos reales.

Esta es la historia de una librería que nació hace 50 años con el mejor nombre que uno pueda imaginar: “Lagun”, “amigo”, “amiga” en euskera, y que muy a su pesar –no creo que los fundadores pensaran en eso cuando empezaron a vender libros bajo unos soportales en la plaza de la constitución- se ha convertido en un símbolo de muchas cosas: de libertad, de coraje, de resistencia, de respeto… Y de esperanza también.

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La gente de aquí, de San Sebastián, ya conoce la historia pero es posible que mucha de fuera todavía no. Por eso creo que es importante recordar cómo algunos cafres del franquismo primero y otros cafres del mundo de ETA después intentaron acabar con Lagun; de hecho estos últimos, los de ETA, llegaron a disparar contra José Ramón Rekalde, pero es que antes, incluso ¡se les ocurrió quemar libros! En una imagen –también cargada de simbolismo- que ya –por si alguien tenía dudas- les vinculaba directamente con los nazis.

Recuerdo que ese día, hace más de veinte años, toda Europa se escandalizó. Y sin embargo, lo máximo que consiguieron es que Lagun cambiara de ubicación. Bueno, pues mira: hoy en la calle Urdaneta está más céntrica; no hay mal que por bien no venga. Pero bueno, hubo que echarle… Hubo que echarle ganas, ¿eh?, porque se vivieron momentos, y días, y semanas, y meses muy complicados.

Pero ahí está; desde luego este medio siglo de Lagun no hubiera sido posible sin el coraje, sin el arrojo de sus propietarios, pero tampoco sin la complicidad activa de buena parte de la sociedad civil. Por eso el homenaje del próximo jueves en el teatro Victoria Eugenia, el homenaje a Lagun, será también un ejercicio colectivo de autoestima; para recordar que los malos –que los hay- a veces matan, a veces roban, a veces extorsionan, a veces corrompen, a veces son malos simplemente callando… Pero los malos al final no son la mayoría, se les puede derrotar. La historia de “lagun” nos lo demuestra; y nos confirma algo más: que la cultura –en este caso los libros- es el principal antídoto contra la barbarie.