“Don Necesario”, el productor que marcó época en el cine español
Recordamos al productor Cesáreo González en el 50 aniversario de su muerte.
Madrid
Siendo un niño, Cesáreo González se embarcó como polizón hacia Cuba y allí, gracias en parte a su habilidad con los naipes, se hizo ricoy regresó- a España convertido en un próspero industrial. En 1940 un amigo productor le pidió prestado algo de dinero para acabar su película "El famoso Carvalleira". Atraído más por el encanto de las actrices que por interés en el celuloide, Cesáreo aceptó la inversión y así entró en contacto con el cine. Al año siguiente fundó su productora Suevia Films. Desde 1941 y hasta su muerte en 1968, Cesáreo González produjo más de 120 películas, abrió el mercado del cine español al exterior y acabó siendo conocido con el apodo de “don Necesario”, debido a su enorme influencia dentro de la industria cinematográfica de nuestro país.
Cesáreo González, 'Don Necesario'
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Cesáreo González era un hombre muy pintoresco. Sara Montiel, por ejemplo, siempre le consideró un patán megalómano, pero todos le reconocían un gran don de gentes y una enorme capacidad de trabajo. Tenía fama de jugador y de mujeriego, y sobre la puerta de su despacho había una bombilla roja que se iluminaba cada vez que una actriz hermosa le visitaba. Aquello significaba que nadie, bajo ningún pretexto, podía molestarle.
Era un hombre de escasa cultura que nunca perdió su cerrado acento gallego y hablaba con constantes incorrecciones gramaticales. De hecho, a pesar de dedicarse al cine, siempre decía “pinícula” y a él se le atribuye una famosa frase que pronunció en los últimos años de su vida: “Cuando ya había aprendido a decir película, resulta que ahora lo llaman “flim.” También era un falangista de la vieja guardia y el cine que producía era siempre complaciente con el régimen de Franco. ¿Que al ministro de Marina le llamaba la atención una novelita sobre jóvenes cadetes guardiamarinas? Llegaba Cesáreo y le hacía “Botón de ancla” (1948).
En su producción también destacaban el cine moral y religioso. El productor hablaba orgulloso del día en que consiguió que “Reina Santa” se proyectara en el festival de Venecia, desoyendo las protestas del Partido Comunista Italiano: “Fue uno de los días de mayor orgullo para mí al advertir que había roto una lanza por España. Porque yo cuando estoy en el extranjero no actúo como Cesáreo González, sino como España”.
Pero el cine de Suevia Films fue sobre todo cine comercial; cine que conectaba con el público y garantizaba el entretenimiento. De ahí que en su catálogo abundaran las comedias, los musicales y las cintas folclóricas. En este ámbito destaca sobre todo la larga serie de películas que rodó con Lola Flores. Cesáreo fue también el primero en descubrir el filón del cine con protagonista infantil. Primero con Joselito, y cuando el ruiseñor dejó de ser niño, con Marisol.
Otro de los rasgos distintivos del quehacer profesional de González fue su función de puente con el cine de América Latina, importando y exportando tanto películas como estrellas, en la cúspide de las cuales se situó María Félix. La gran diva del cine latino de la época rodó varios títulos para Cesáreo, que, se rumoreaba, estaba locamente enamorado de ella. Cuentan que un día la estrella mejicana se encaprichó de un collar que la señora de Franco había encargado en una joyería. El productor, no se sabe muy bien cómo, consiguió que doña Carmen Polo renunciara a él a favor de la Félix.
Muchas de las películas que produjo Suevia Films fueron títulos olvidados y olvidables, pero también hay unos cuantos clásicos del cine español. Sorprende encontrar, por ejemplo, las primeras películas de Juan Antonio Bardem. Bien es posible que el productor no entendiera muy bien el trasfondo ideológico de estos films. Cuando se estrenó “Muerte de un ciclista” (1955) un periodista le preguntó a las puertas del cine: “Don Cesáreo, ¿de qué trata la película?” A lo que el gallego respondió: “Pues el mismo título lo dice. Es sobre la muerte de un tío que va en bicicleta”. Pero también es cierto que cuando “Calle Mayor” (1956) estuvo a punto de ser secuestrada por la censura, con Bardem incluso en la cárcel, el propio Cesáreo sacó la película del laboratorio y con ella cruzó la frontera francesa en coche para evitar que cayera en manos de la policía. Un suceso que, sin embargo, no empañó la reputación de hombre del régimen del productor, en cuyo despacho colgó hasta el día de su muerte una gran fotografía dedicada: “Al entusiasta productor Cesáreo González que tanto ha hecho por el cine español. Firmado: Francisco Franco.”
Antonio Martínez
Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...