Niñas armadas

Madrid

Creo que en la fábula del traje nuevo del emperador se profundiza poco en que la persona que dice la verdad, la persona que le dice al emperador que está desnudo, es un niño. Alguien no sometido por el miedo, por los prejuicios; es lo nuevo todavía sin corromper no solo por el ambiente sino también por la educación, es decir: la educación de aceptar el mundo preconfigurado. En Estados Unidos se han manifestado niños, menores de edad, adolescentes. Niños y supervivientes, porque estudiar en Estados Unidos supone poder suspender o ser víctima de un tiroteo. Han salido a las calles en Washington contra las armas. A decir un mensaje para el cual hay que haber nacido hace poco en Estados Unidos para defenderlo: que las armas matan, que no es sostenible en términos de violencia que haya más armas que estadounidenses, y que más allá de las matanzas programadas y facilitadas por la venta de armas, cualquier disputa en el ámbito particular con un arma cerca se convierte en crimen. Todo esto, por cierto, tiene un rostro visible: Emma González, una chica de 18 años que sobrevivió a la matanza de Parkland y dijo: "Si todo lo que nuestro gobierno va a hacer es mandar ‘sus pensamientos y oraciones’, entonces es el momento de que las víctimas se conviertan en el cambio que necesitamos ver”.