Protestar, a diferencia de comer en una instalación aeroportuaria, es gratis

Madrid

Es martes 27 de marzo.

Un día más en la oficina: Puigdemont permanecerá en prisión mientras se tramita su extradición a España, el Gobierno y Ciudadanos discuten sobre cómo repartirse las medallas de las medidas más populares de unos presupuestos que llegan con seis meses de retraso y sin los apoyos necesarios, los pensionistas siguen donde estaban y, sobre todo, como estaban... y decenas de diplomáticos rusos expulsados han sido de Estados Unidos, Canadá, Australia y 14 países de la unión europea, en respuesta por su aplicación sistemática de esa fórmula para las relaciones internacionales que podríamos llamar: ‘DIPLO MAFIA’.

Y hasta hoy llegan también los ecos de las palabras de la Presidenta de la comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, tratando de demostrar que ha asistido a un máster presencial sin asistir ni a su propia rueda de prensa. Habló como sabéis sin aceptar preguntas, a través de un plasma. Y mientras tanto su trabajo de fin de master, seis días después de destaparse el escándalo, sigue sin aparecer....

No sé ustedes pero yo empiezo a estar un preocupado... Este parece un caso no ya para una investigación política, ni siquiera para detective privado, quizás sería mejor dictar una Euroorden cuanto antes.

¿Han pensado ustedes en cómo han cambiado las excusas? Ha pasado casi una semana y nadie ha usado aún el pretexto del perro (una justificación histórica e internacional que tiene incluso una propia página en Wikipedia que sitúa su origen a principios del siglo XX): Profesor, mi setter irlandés se ha comido los deberes y entenderá que no es plan de estropear a un buen perro por un trabajo de Notable Alto.

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Ahora sabemos que La Presidenta de la Comunidad de Madrid, que por cierto ha decidido querellarse contra los periodistas encargados de destapar la información en el enésimo capítulo de la serie de éxito "Matar al mensajero", deberá comparecer ante la asamblea el próximo cuatro de abril para explicar qué ocurrió con ese trabajo y por qué sus notas como la hora este fin de semana, cambiaron mágicamente... A las dos serán las tres y los ceros serán sietes y medio...

Les propongo una cosa: ¿y si apagamos la luz? y quien tenga el trabajo lo deja tranquilamente sobre la mesa, al encender lo cogemos ¿y aquí no ha pasado nada? De hecho, pensándolo bien, podríamos matar dos pájaros de un tiro, si no es mucho pedir… no estaría mal que apareciera también la primavera.

Y a esta hora, no está mal escuchar buenas noticias... AENA ha decido poner límite al precio de las botellas de agua en sus aeropuertos. El máximo será de un euro para esas botellas, que hasta ahora pasado el control de accesos: podían alcanzar el precio de la sangre de unicornio.

Por eso, hoy queremos hablar con ustedes de precios, de precios abusivos en aeropuertos, hospitales, museos o estaciones ¿Cuánto ha llegado a pagar usted por una botella de agua, un sándwich o un café? ¿Cuándo fue la última vez que se sintió engañado al recibir la cuenta? Protestar, a diferencia de comer en una instalación aeroportuaria, es gratis.