No hay tuit que compense una pregunta

Madrid

Apuntes de un miércoles de semana santa. El parlamento catalán exige que pase algo que no puede pasar. Junts per Catalunya insiste en pedir que ocurra algo que no puede ocurrir. Los comunes proponen que suceda algo que no va a suceder. Los socialistas plantean que se pruebe algo que no se quiere probar. Ciudadanos exige que dimita alguien que no va a dimitir. Cataluña vive días de cierto patetismo político. Cada vez más nítida la imagen descarnada de su incapacidad para devolver a los catalanes el control de sus instituciones. Mientras Junts per Catalunya no renuncie a su candidato, sólo hay un escenario viable: confrontación y urnas, tensión sostenida con el estado hasta la inevitable convocatoria de elecciones. Esa es su apuesta, quizá ellos ganen alguna adhesión y tres párrafos más en los libros de historia, Cataluña no ganará nada.

Segundo apunte: ¿se siente cómodo todo el independentismo con las imágenes de estos días, con los cortes de carreteras, con los ataques a sedes institucionales o de partidos políticos, con el señalamiento de la casa del juez Llarena, con los enfrentamientos con los Mossos d’Esquadra? ¿Defender la república pasa por interferir en la vida de los habitantes de la república? ¿Van a permitir que la representación callejera de la movilización ciudadana independentista quede en manos del entorno de la CUP? O Puigdemont o el alboroto, ¿esa es la estrategia?

Tercer apunte: tuitear, instagrammear no es trabajar, que alguien se lo diga a Cristina Cifuentes. No hay tuit que compense una pregunta, no hay fotografía en Instagram que sea una respuesta y, en este caso, ni siquiera sus tuits o sus publicaciones en Instagram son una prueba de que la presidenta de la Comunidad de Madrid no haya decidido quitarse de en medio estos días. Y ¿por qué el rector de la Universidad Rey Juan Carlos pide un observador externo? ¿No se fía de su propia investigación, necesita reforzar la credibilidad de las conclusiones a las que llegue una institución discutible, buscará un escudo con el que protegerse en el caso de que Cifuentes no saliera bien parada o solo quiere quitarse presión derivando parte de la responsabilidad en la conferencia de rectores? Pasa el tiempo pero ese olor a chamusquina permanece