El antisemitismo no se fue

Madrid

Hace unos meses, en la Cadena SER, el académico francés Olivier Roy, especialista en el mundo musulmán, concluía que el conflicto entre Israel y Palestina se había convertido en un conflicto local que ya no suscitaba las adhesiones ni del resto de países árabes ni de la izquierda radical en Europa, siempre dispuesta a denunciar los excesos de la derecha israelí.

Sin embargo, los hechos del pasado viernes en la franja de Gaza y, sobretodo, el respaldo de la administración Trump al gobierno de Benjamin Netanyahu pueden avivar el sentimiento antisemita que sigue latente en Europa. El asesinato en su casa de París de una anciana superviviente de los campos de concentración ha conmocionado a la comunidad judía francesa y arrecian en el Reino Unido las críticas contra el líder laborista, Jeremy Corbyn, por antisemita. También en Hungría, con elecciones el próximo domingo, el favorito Victor Orban ha agitado el fantasma de la conspiración judeo-masónica del millonario George Soros y en Polonia, una ley prohibirá criticar a los que colaboraron con los nazis.

Antiguos prejuicios que creíamos superados vuelven a despertar con el miedo que explotan los movimientos ultras.