Tener que añadir "cleptomanía" al diccionario político español nos pilla por sorpresa
Editorial de Toni Garrido
Tener que añadir "cleptomanía" al diccionario político español nos pilla por sorpresa
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Madrid
Pensábamos que lo habíamos visto todo, pero tener que añadir "cleptomanía" al diccionario político español, nos pilla por sorpresa. Ya habrán visto las imágenes que hace poco más de una hora hacía públicas OKDiario. Cristina Cifuentes junto a un guardia de seguridad rebuscando en su bolso sacando dos botes de crema en un cuartito. Pues es que no sabes ni qué pensar, vergüenza, sólo se me ocurre la palabra vergüenza. Es imposible hoy describir de otra manera la situación política en la Comunidad de Madrid, lo paradójico es que las cremas que supuestamente robaba son regenerativas.
Hoy es el día en que oficialmente en España podemos empezar a quejarnos del calor que hace. Hidrátense, no hagan deporte en las horas centrales del día, pónganse crema, páguenla, ya saben... Consejos, no hay una sola acción que pueda realizar un español promedio que no lleve aparejada un consejo, tenemos consejos para la salud, para la alimentación, tenemos consejos de ministros, de administración. Consejos al fin, consejos europeos que afirman que debemos trabajar más tiempo aun sabiendo que de esa manera menos gente encontrará trabajo, o consejos que consiguieron bajar los salarios para hacernos más productivos. Nuestro problema amigos, es que confundimos palabras con pensamientos.
¿Saben qué? Hoy vamos a hablar de los jóvenes...
Vamos a hablar de los jóvenes porque en un rato, jóvenes de cinco universidades madrileñas, acompañados por algunos de sus profesores, van a salir a la calle a leer los trabajos con los que finalizaron sus respectivos másteres. ¿Se imaginan que van por la calle y se encuentran a un joven leyendo un trabajo universitario? ¿Cuál es el protocolo? ¿A quién hay que llamar? ¿A los antidisturbios o a los servicios sociales? Vivimos tiempos raros, ayer mismo uno de Operación Triunfo tuvo que salir a explicar por qué había regalado un libro. ¿Se dan cuenta? Hace pocos años era imposible utilizar esas tres palabras juntas en una frase: "Operación, libro y triunfo". Pues ¿no van hoy los jóvenes a la calle a leer trabajos de final de carrera para denunciar el descrédito y la situación de la universidad española? ¡Ingenuos! Con los jóvenes en España nos pasa lo mismo que a Onetti con la poesía, los jóvenes son imprescindibles, ahora, para qué, nadie sabría decirlo. La generación mejor preparada de la historia en el banquillo social, haciendo estiramientos por la banda de las estadísticas europeas que señalan como dato útil que todos los jóvenes de entre 17 y 19 años, tienen 18 y es probable que esté en el paro. En fin. Por lo menos queda la esperanza de que alguno de esos chiquillos pueda meterse en política y al menos así poder pagar sus propios vicios... Los jóvenes...