Ry Cooder y la parábola del hijo pródigo
El músico estadounidense regresa a las tiendas con ‘The Prodigal Son’
Ry Cooder con su guitarra en una fotografía promocional / JOAQUIM COODER
Madrid
Ry Cooder regresa tras seis años, vuelve con The Prodigal Son, un disco cargado de fuerza y delicadeza que firma con su hijo y socio Joaquim Cooder. El nuevo trabajo del veterano compositor disecciona la América de Trump, el país que ha quedado tras la crisis económica que llevó al magnate a la Casa Blanca y lo hace rebuscando en la hemeroteca musical estadounidense.
Cooder solo firma tres de las once canciones, el resto son espirituales bluseros a cargo de sus héroes, temas del gran Blind Willie Johnson o Jesse Whitaker, autor del genial Straight Street que abre el disco.
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Cooder, decía, solo escribe tres de los temas, pero menudas tres canciones. En Gentrification, el californiano retrata ese terrorífico fenómeno que está transformando la esencia de las grandes ciudades del mundo. Más amable resulta la hipnótica Shrinking Man y en Jesus and Woody despliega su talento para las baladas fronterizas.
La nueva entrega del músico y productor de Santa Mónica sirve de recordatorio y antología. Prodigal Son es un repaso por la esencia de sus sonidos y también una antología de los grandes temas que ha tratado en su obra. Un disco que se muestra cálido a la par que contundente y que funciona desde el comienzo hasta el final. “The Prodigal Son es una historia, la leyenda de una historia; y por lo tanto un bello contexto para las canciones, que parecen hablar de una búsqueda”, explica el propio Cooder en las notas del álbum. La búsqueda, a los 71 años, sigue abierta.
