En el alambre

Madrid

Las principales tensiones de nuestra política se citan mañana miércoles. Han de tomar posesión los miembros del nuevo gobierno catalán y se han de aprobar los Presupuestos Generales del Estado, y ambos acontecimientos, ahora mismo en globo, están interconectados de forma directa y con repercusiones en cascada. Si Torra sigue firme en su propósito de nombrar a dos consellers en prisión preventiva y a dos huidos, si como consecuencia de eso Rajoy no hace efectivos los nombramientos del Govern y se mantiene activo el 155, Rajoy se arriesga a perder el apoyo del PNV, a no poder aprobar los Presupuestos y a verse forzado a adelantar unas elecciones que podrían desalojarle del poder.

El dilema del PNV tampoco es pequeño: o es fiel a su palabra de no apoyar los presupuestos mientras dure el 155 o traiciona esa palabra para evitar unas elecciones que podrían llevar al poder a su mayor amenaza, Ciudadanos. Han anunciado que aguardarán hasta el último minuto, mañana por la tarde, para decidir. La acreditada pericia equilibrista del PNV se enfrenta a uno de los números más difíciles y arriesgados.

El PSOE no está tan directamente comprometido pero tampoco es muy airosa su posición, atrapado entre su compromiso de apoyar al PP en el 155 pero de no apoyarle en los Presupuestos. Como en tantos otros momentos, el PSOE está pillado en la situación que más daño le está haciendo últimamente: el ni sí ni no del todo en nada. Y Podemos, en el peor papel imaginable para un partido nacional: ser irrelevante en un momento decisivo. Cuando en la política del país se juega una batalla de importancia máxima, está ocupado en tareas domésticas. Más domésticas, imposible. Así pues, todos en el alambre salvo Ciudadanos, al que todos los vientos le siguen siendo propicios. Pase lo que pase, gana.