La primera exigencia

La sentencia de sala de lo Penal de la Audiencia Nacional sobre el llamado caso Gürtel no puede ser más grave para el Partido Popular. Además de las severas condenas que impone a los implicados, el tribunal considera como un hecho probado que entre los condenados y el Partido Popular se tejió "un auténtico y eficaz sistema de corrupción institucional, a través de mecanismos de manipulación de la contratación pública". Es decir, un caso de corrupción política de libro.

Dos de los tres magistrados del tribunal consideran probado que el propio partido recibía su correspondiente beneficio económico y dan por hecho que algunas de las cantidades defraudas sirvieron para pagar gastos electorales del PP o se destinaron a la llamada caja B. Es cierto que la sentencia no es firme y puede ser recurrida, pero los hechos probados están ahí y constatan que el Partido Popular mantuvo una estructura financiera y contable paralela a la oficial que existió, al menos, desde el año 1989. Además, el tribunal comparte expresamente la posición del ministerio fiscal y pone en cuestión la credibilidad de varios testigos, entre ellos Mariano Rajoy, cuyo testimonio, afirma, no aparece como suficientemente verosímil.

Los partidos políticos decidirán en las próximas horas o días qué postura van a adoptar, pero será muy difícil que, por encima de cualquier otra consideración, no prime lo que constituye la primera exigencia de un sistema político democrático: la exigencia de dimisión inmediata de quien ocupa la presidencia del Partido Popular desde 2004 y es el actual presidente del gobierno, Mariano Rajoy.