Stan Winston, el padre del Tyrannosaurus

Madrid

Esta semana se nos han juntado en nuestra sección de efemérides dos aniversarios relacionados. El 9 de junio se cumplen 25 años del estreno de “Parque Jurásico”, la película de Steven Spielberg cuya saga continúa ahora mismo en los cines con el estreno de “Jurassic World: el reino caído”. Y el día 15 se cumplirán diez años desde que nos dejó Stan Winston, uno de los grandes responsables del éxito de aquella película. El hombre que hizo posible que los dinosaurios volvieran a la vida, al menos en el cine.

“Me llamo Stan Winston y soy experto en maquillajes sofisticados. Muy, muy sofisticados”. Así de escuetamente se presentaba uno de los técnicos más geniales que ha conocido el séptimo arte, el hombre que creó algunas de las criaturas más sorprendentes y aterradoras del cine de las últimas décadas. Dentro de los profesionales del maquillaje especial y de los efectos visuales, Winston se caracterizaba sobre todo por su capacidad investigadora, no sólo en el uso de nuevos materiales, sino también por haber sido pionero desde su taller en la utilización de muchas de las técnicas que hoy en día dominan los efectos especiales.

Winston fue responsable del aspecto de Schwarzenegger en “Terminator” o de la morfología cambiante a base de metal líquido del androide T-1000 de “Terminator 2”. Creó a la reina alien de “Aliens”, la segunda parte de la saga del octavo pasajero, diseñó para Tim Burton las cuchillas de “Eduardo Manostijeras”, al jinete sin cabeza de “Sleepy Hollow” o el repugnante aspecto de Danny DeVito en “Batman vuelve” y convirtió a Robert Downey Jr. en un auténtico superhéroe construyéndole el traje de “Iron man”. Pero sin duda el mayor logro de su carrera fue dar vida a los dinosaurios de “Parque Jurásico”, y en especial la movilidad y el realismo que logró con la estrella de la función, el Tyranosaurus, construido a tamaño real y movido por potentes motores hidráulicos que se manejaban por control remoto. Todo ello le valió a Winston cuatro Oscar y diez nominaciones más a la estatuilla, además de infinidad de premios profesionales en una carrera que se prolongó durante casi cuatro décadas.