Tiempos miopes
Simone Veil ha recibido el homenaje de miles de conciudadanos que, sin duda, ven en ella la serenidad y firmeza política que falta en estos momentos. El corto plazo se impone frente a la visión calmada que requiere el largo
Madrid
Una mujer ha entrado en el Panteón de los hombres ilustres. Simon Veil, superviviente de los campos nazis, feminista que impulsó la ley del aborto siendo ministra y primera presidenta del Parlamento Europeo. Ha recibido el homenaje de miles de conciudadanos que, sin duda, ven en ella la serenidad y firmeza política que falta en estos momentos.
El ministro Josep Borrel, que también estuvo al frente de la Eurocámara, ha advertido que si no hay solución europea a las tensiones migratorias se corre el riesgo de que la Unión Europea se disuelva. En efecto, tanto el francés Macron como la alemana Merkel están a la merced de la intransigencia de los países el Este. Es más, la canciller podría dejar el poder empujada por su socio tradicional, la CSU bávara, angustiado por la posibilidad de perder las elecciones regionales frente a Alternativa para Alemania.
El corto plazo se impone frente a la visión calmada que requiere el largo. Y Salvini, desde Italia como una hiena, atizando el miedo y dejando a los migrantes a la merced de un mar Mediterraneo que es cada vez menos nuestro, menos de todos.