¿Y ahora, qué?
Lo que más me sigue chirriando es que haya políticos electos en prisión preventiva sin una condena en firme
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Madrid
No es por meter el dedo en el ojo más de la cuenta, pero muchos ya advertimos hace tiempo que traspasar problemas políticos a los tribunales de justicia es muy peligroso; mucho. Y además supone un fracaso, y, si me apuran, una dejación de funciones. Eso fue lo que hizo el Gobierno de Mariano Rajoy con el proceso soberanista en Catalunya, con el famoso “procés”: Ley, ley y sólo ley; pasar la pelota. Hoy que la Justicia alemana ha descartado el delito de rebelión, la pregunta es obligada: ¿Y ahora, qué?
La pregunta es muy clara, pero la respuesta no tanto. El juez Pablo Llarena, que sí cree que hubo rebelión, tiene dos opciones: O aceptar esa enmienda en toda regla y replantearse los fundamentos de la acusación, o apelar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Pero haga lo que haga, resulta evidente que aquí hay algo que chirría. Y a mí, personalmente, lo que más me sigue chirriando es que haya políticos electos, que han sido votados por los ciudadanos, en prisión preventiva sin una condena en firme. No me consta que eso ocurra en ningún otro país europeo. Puede haber políticos corruptos, ladrones, abusadores, igual hay algún asesino por ahí, pero este es nuestro hecho diferencial; y yo no creo, sinceramente, que sea para sentirse orgullosos.
Tiene razón el presidente Pedro Sánchez cuando dice que lo importante de todo esto es que habrá un juicio. Porque es verdad, lo que ocurrió en Catalunya con el desafío a la Ley, con la ruptura con el Estado de derecho, con esa actuación unilateral que nada bueno ha traído… Eso tiene que ser juzgado. No sé si por rebelión, yo no lo creo, pero en cualquier caso: Mantener a gente en prisión preventiva con estos antecedentes, sinceramente, pienso que clama al cielo.
Ya sé que política y justicia siguen caminos distintos; creo firmemente en la separación de poderes, pero hay ocasiones en que parece que se estén contraprogramando. Y yo pensaba que eso sólo lo hacían las televisiones.