Los Coen (y Netflix) se lían con el montaje de su western
La serie reconvertida en película, 'The ballad of Buster Scruggs', producida por Netflix, ha dividido en Venecia con un montaje irregular de las seis historias ubicadas en la frontera americana
Venecia
Si había pocos debates abiertos en Venecia, los Coen ahondan más en el dilema del consumo de cine, pero abren otro, la reflexión casi ontológica de qué es una película. Netflix anunció que los directores rodarían una serie de seis capítulos, seis historias que tendrían en común el género, el wéstern. Tras la polémica con Cannes, el gigante del streaming, reconvirtió The ballad of Buster Scruggs en película para poder competir en la sección oficial del Festival de Venecia, donde se ha presentado. Pero además, este movimiento permite a los Coen entrar en la carrera codiciada del Oscar.
"Esta es la versión final, nada va a cambiar", aseguraban los directores. Por tanto, lo que hemos visto en Venecia será lo que se vea en Netflix. "No hay diferencias. siempre hemos intentado grabar lo que queríamos. En términos de quién distribuye y financia la película, no tiene nada que ver con las decisiones artísticas", añadían. "A nosotros nos da igual la exhibición. En Estados Unidos se podrá ver en salas y eso es genial, porque lo importante es que sea posible que la gente que la quiera ver en cines pueda hacerlo", precisó Ethan.
"En general, el hecho de que las empresas estén financiando y haciendo películas fuera del maisntream es muy importante para la distribución es lo que permite que exista el arte. Es más sano para el negocio", añadía Joel.
Lo que hemos visto es un montaje dividido en seis historias, con distinto metraje cada una de ellas. Una cinta deslavazada e inconexa, sin un tema común. Nada que ver con la genialidad de Damián Szifron en Relatos Salvajes, cuyos cuentos tenían el mismo tema: la venganza y vileza del ser humano. Los Coen muestran un ingenio y una crueldad marca de la casa en los primeros relatos, pero se pierden en las últimas historias, que se alargan. En The ballad of Buster Scruggs está el mejor humor de los directores de Fargo y El gran Lebowsky; pero su wéstern no tiene la entidad de Valor de ley.
Tanto los directores como la plataforma, insistían en que no pretendían tener unidad temática, sino hacer una antología al estilo de las que se hacían en la Italia de los sesenta. "La película salió porque teníamos estas historias que individualmente no tenían salida. Nadie está haciendo esto ya, estas películas antológicas que se hacían en Italia en los sesenta", decían casi a coro los hermanos que han citado como referencia al Boccaccio 70, donde participaron Visconti o Fellini.
Los Coen llevan trabajando 25 años en estas historias que van desde el humor hasta el drama, pasando por el spaguetti wéstern. "Teníamos una idea muy clara del orden de las historias, la secuencia que formaría la película y la progresión de los estilos, empezando por la comedia, que poco a poco va girando hacia un tono más oscuro según avanza la película", explicaba Joel. "No hemos pensado mucho en el hecho de que fuera un wéstern, sino más en las historias y en encontrar el tono adecuado para cada una de ellas", aseguraban. James Franco, Tom Waits o Liam Neeson son algunos de los actores que aparecen en este proyecto, pero que no han aparecido por Venecia.