El cine español quiere su Concha de Oro en San Sebastián
La paridad y la igualdad de género será uno de los temas del festival, con solo cinco mujeres directoras en sección oficial frente a diecinueve directores hombres
San Sebastián
El cine español reivindica su escaparate en el Festival de Cine de San Sebastián. Tras la ausencia de cintas españolas en Venecia, San Sebastián recoge algunas de las que serán las películas españolas de la temporada. El thriller político, sobre los papeles de Bárcenas y la corrución, El reino, se presenta con la expectación de saber si será la obra más redonda de Rodrigo Sorogoyen y si la actualidad y el cambio de reino en el Partido Popular han hecho mella en el interés del argumento.
El Reino será una de as cuatro películas que compite en la sección oficial, junto a Quién te cantará, el regreso de Carlos Vermut, tras Magical Girl, película que ganó la Concha de Oro en este certamen y cuyo director regresa con vocación de repetir la hazaña. “Si Haneke tiene dos Palmas de Oro, yo también quiero dos Conchas”, decía Vermut durante la presentación del festival. El director madrileño viene aupado por la crítica internacional que ya ha visto este drama sobre una cantante, Najwa Nimri, y su imitadora, Eva Llorach, en el Festival de Toronto; sin embargo, puede pesarle la comparación con Almodóvar y con su propia obra para obtener premio.
Otro director español que ya ha ganado la Concha de Oro es Isaki Lacuesta, que la logró con Los pasos dobles, un premio protestado por la prensa, que podría revalidar con Entre dos aguas, una cinta experimental en la que Lacuesta vuelve a rodar en San Fernando, una de las zonas con más paro de España, a los personajes que encontró en La leyenda del tiempo, en el año 2006, casi en tono documentla.
La cuarta aspirante a Concha de Oro es la directora Icíar Bollaín. Se quedó a las puertas de ganarla con Te doy mis ojos, película que se llevó el premio a mejor actor, para Luis Tosar, y a mejor actriz, para Laia Marull. Ahora con Yuli plantea la historia real del bailarín cubano, Carlos Acosta, primer bailarín negro del Royal Ballet británico. Un anti Billy Elliot, que no quería bailar y solo se subía a los escenarios obligado por su padre.
Fuera de competición estará lo nuevo de José Luis Cuerda, Tiempo después, una comedia surrealista en la línea de Total o Amanece que no es poco, las obras más celebradas del director, que un grupo de cómicos y amigos del director ha financiado, entre ellos Andreu Buenafuente o Arturo Valls. También fuera de competición se presenta Gigantes, serie de Movistar Plus, que dirige Enrique Urbizu.
Los directores españoles lo tendrán difícil. Juegan en una competición mucho más reñida que en otras ediciones. Claire Denis propone provocación con High life, su incursión en la ciencia ficción y en el sexo de la mano de Robert Pattinson y Juliette Binoche. La actriz francesa vendrá también a San Sebastián a presentar Visión, la película de la directora japonesa Naomi Kawase.
Destaca también el drama familiar Beatiful Boy, del belga Felix Van Groeningen, el de Alabama Monroe, con Timothée Chalamet enganchado a la metanfetamina. O In fabric del inclasificable director británico Peter Strickland. Sin la algarabía provocada en Venecia, Netflix también compite en San Sebastián con Illang: The Wolf Brigade un thriller futurístico dirigido por el cineasta surcoreano Kim Jee-woon. La parte más autoral la pone el filipino Brillante Mendoza con Alpha, the right to kill, sobre el narcotráfico.
A estas películas se suma el paseo de estrellas, casi todas presentes en la sección de Perlas, que recoge las mejores películas de otros festivales, como Cannes, Berlín o Venecia. Por ejemplo, Bradley Cooper -sin Lady Gaga- con A star is born, o Ryan Gosling y Claire Foy con First Man, el biopic de Demían Chazelle sobre el astronauta Neil Armstrong. También los premios Donostia ampliarán la alfombra roja. Judi Dench, Dany de Vito y Kore Eda son los tres homenajeados este año.
La programación del certamen vuelve a evidenciar los desequilibrios a los que se enfrentan los festivales: cine de autor, industria, nuevos directores, glamur y estrellas, cine patrio y diversidad de género. En este último aspecto, San Sebastián ha mejorado con respecto a lo que sucedió en Venecia, donde solo una mujer, Jennifer Kent, competía por el León de Oro. Aquí compiten por la Concha de Oro cinco directoras entre trece títulos a concurso -Tuva Novotny, Claire Denis, Valeria Sarmiento, Naomi Kawase e Icíar Bollaín. En Horizontes latinos solo hay tres, frente a 12 hombres, en Nuevos directores, la diferencia es 5 de 15. Y en Zabaltegi 7 de 18.
Para que la falta de paridad no sea una constante en las ruedas de prensa, como lo fue en la Mostra, el festival firmará la Carta por la paridad, en la que se pide la inclusión de las mujeres en el cine. Un documento, promovido por el colectivo CIMA, cuya firma presidirá la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el ministro de Cultura, José Girao. Todo en una edición, la número 66, que presenta novedades estéticas. El festival, que dirige José Luis Rebordinos, ha cambiado de imagen, nuevo diseño en el logotipo, incidiendo más en las siglas para una mayor proyección internacional, y en el premio, la Concha de Oro, que se hace mucho más minimalista.