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Festival San Sebastián

'El Reino', de Bárcenas al Bigotes, así es la corrupción del PP

Rodrigo Sorogoyen recibe aplausos por el thriler 'El reino' sobre la corrupción política, con un magnífico Antonio de la Torre, pero con una propuesta que se queda a mitad del gran relato de la corrupción

El director Rodrigo Sorogoyen (i) y el actor Antonio de la Torre durante la presentación hoy de "El reino", que compite en la sección oficial de la 66 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián / Javier Etxezarreta (EFE)

El director Rodrigo Sorogoyen (i) y el actor Antonio de la Torre durante la presentación hoy de "El reino", que compite en la sección oficial de la 66 edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián

Han pasado casi diez años desde que el caso Gürtel se destapó. En este tiempo, ha pasado de todo: jueces destituidos, escuchas invalidadas, muertes de algunos imputados, juicios, condenas, y escándalos que aparecían por doquier. Este 2018 será el año en el que el gobierno de Rajoy cayó tras la sentencia que condena al PP por corrupción. Sin embargo, el relato de la corrupción, entendida como problema del sistema político, empresarial y electoral en España, ha costado que calase entre la gente y entre los propios políticos.

Quizá algo tenga que ver la inconsistencia del relato mediático. En esa narración, el cine ha tenido poco que ver; puesto que solo la pequeña y valiente B, la película, de David Ilundaín, basada en la obra teatral de Jordi Casanovas, se atrevió a llevar la corrupción a la gran pantalla. Por eso ha sido tan esperada la nueva película de Rodrigo Sorogoyen, El Reino, un thriller sobre un político corrupto. "Hubiera sido bastante injusto y deshonesto hablar solo de un partido. Decidimos no poner siglas y hablar de la corrupción del sistema, de la corrupción humana", explica el director de Stockholm o Qué dios nos perdone.

Sin embargo, todo en El Reino evoca al Partido Popular. Desde la forma de vestir, las naranjas y el mar mediterráneo del paisaje, las prostitutas, la droga, las mariscadas, los yates, las mujeres que no sabían nada o lo sabían todo, hasta lo más icónico: los papeles de Bárcenas. El personaje protagonista no se llama así, pero su historia se asemeja bastante a la del extesorero popular. "Yo me reuní con personas del mundo de la política. Unos en activo, otros no, y otros que han dejado de estarlo a lo largo del rodaje", decía Antonio de la Torre, que conforma un personaje amalgama de varios corruptos del PP. Es un trasunto de Bárcenas, pero también del Bigotes o de Cifuentes, política que sale en los agradecimientos de la cinta.

"Para mí es un reflejo de la sociedad. Yo no entiendo eso de a mí no me interesa la política. ¿Usted no sale a la calle, no pisa una acera, no va a un hospital? Eso es dinero público o privado, es polítca. El acto moderno del siglo XXI de vivir es político. Los políticos no salen como hongos porque sí. Como adultos tenemos la posibilidad de señalar con el dedo o tomar responsabilidad. Hemos tratado de hacer esta película para cambiar algo. El reino no es el retrato de un partido político, sino de toda la sociedad a través de un político que se corrompe", añadía el actor que borda la interpretación y que podría ganar su primera Concha de Plata en el Festival de San Sebastián donde la película ha sido recibida con aplausos y entusiasmo.

El Reino, producida por Gerardo Herrero y Antena 3, es un magnífico thriller, bien dirigido e interpretado, con una tensión sin límites, y valiente al denunciar algo que hasta hace poco era entendido como una cuestión ideológica. Lo que le falta es la profundidad de elevar el retrato de un grupo de políticos a la decadencia de un sistema. Sorogoyen lo intenta, pero no logra mostrar que hay que cambiar el reino y no los reyes, que hay que cambiar el sistema y no las manzanas podridas, que los empresarios también están en el ajo, que los ciudadanos tienen responsabilidades. "Si me preguntas si todo el sistema político está corrompido, pues digo que no, sería una generalización absurda. Ahora sí es un sistema muy dañado y con mucha posibilidad de corrupción", reconocía el director.

También entre las personas que ayudaron a los actores a formar sus personajes, se encuentran la pareja de periodistas Antonio García Ferreras y Ana Pastor. "Me reuní con Ana Pastor para preparar el personaje", reconoce la actriz Bárbara Lennie, una periodista televisiva con mala leche, que se convierte en el personaje antagonista. Junto a ella están Ana Wagener, con un sospechoso acento andaluz en un intento por ampliar la corrupción al otro partido tradicional y hegemónico en España, o Luis Zahera, Nacho Fresneda y José María Pou.

 
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