José Luis Cuerda: ''Hay que darle cachetadas a los políticos"
El director manchego dirige a sus 70 años, 'Tiempo después', una comedia surrealista que recupera el estilo de 'Amanece que no es poco', que presenta en el Festival de Cine de San Sebastián
San Sebastián
El humor es lo mejor para explicar la absurda realidad española. Lo supo Berlanga y lo supo José Luis Cuerda, que en su trilogía surrealista y rural, la de Amanece que no es poco, Total y Así en el cielo como en la tierra, retrató a una España religiosa, con problemas con la cultura y con las autoridades. Tras años centrado en los libros de aforismos y convertido en un tuitero de referencia, Cuerda ha vuelto a rodar a sus 71 años Tiempo después, comedia que regresa al tono de sus primeras obras y que ha presentado fuera de concurso en el Festival de Cine de San Sebastián.
Reyes que creen que pueden hacer lo que quieran, políticos anquilosados y una sociedad que expulsa del sistema a la clase trabajadora. Tiempo después el mejor retrato de la España reciente a través de un humor inteligente, que mezcla el surrealismo, lo rural y la mejor tradición literaria española. Está Valle Inclán y su esperpento y también la ironía de Jardiel Poncela.
En Tiempo después también hay una pareja de Guardias Civiles, hay campesinos que leen a Marx, hay citas a Faulkner -el escritor predilecto del pueblo de Amanece que no es poco-, oraciones por El Quijote, y hay muchísima más retranca política que en sus primeras obras. "Hay que darle cachetadas a los políticos”, decía Cuerda. “No hay por donde pillar a España. Yo hago lo que puedo y sale lo que sale y se ve como se ve. La perspectiva desde las que se miran las cosas parece que no cambian y deberían cambiar. Deberíamos deducir que no lo estamos haciendo bien”, explicaba el director de La lengua de las mariposas.
Cuerda se ha marcado una crítica al capitalismo, capaz de apropiarse de todo, de una revuelta obrera o de una simple limonada. Pero también atiza a la vieja y a la nueva izquierda, encantadas de entrar en el sistema y muy olvidadizas con sus votantes. Y por supuesto a la juventud rebelde, pasota y egoísta. La ha ambientado en el año 9177, donde solo unos pocos privilegiados tienen trabajo: el rey, la guardia civil y algunos políticos más que viven en el único gran edificio que queda en pie y que tiene vistas a Monument Valley. El resto de la población, los desheredados de la tierra, habitan en un descampado sometidos a una megafonía espantosa que les recuerda lo bien que están, ¿paralelismos con la realidad?
"La sátira es la vaselina necesaria para que esto entre mejor", decía Arturo Valls, productor de la cinta. "La película reparte contra todos y contra todo. Contra la monarquía, religión, contra la propia revolución, contra el poder, pero también contra la masa aborregada. Eso es lo que hace muy rica la película", añadía Félix Tusell, otro de los productores.
Tiempo después cuenta con un reparto donde figuran Roberto Álamo, Blanca Suárez, Carlos Areces, Miguel Rellan, Manolo Solo, Eva Hache, Antonio de La Torre o Berto Romero. Al igual que en Amanece que no es poco, hay actores y actrices de todas las generaciones de nuestro cine, y muchos amigos de Cuerda, que se han convertido productores e impulsores de este proyecto, por ejemplo Andreu Buenafuente, Berto Romero o el propio Arturo Valls. "Ha sido un rodaje curioso, en el que José Luis no nos dejaba repetir tomas y nos íbamos a casa antes de tiempo siempre, contaban Areces y Joaquín Reyes.
"Si yo he escrito eso, el lector puede atenderlo. Estamos en igualdad de condiciones. Se establece un juego que puede ser divertido, me consta que es divertido porque he visto cómo se ríe la gente viendo mis películas. No lo busco, pero lo encuentro", decía Cuerda sobre su relación con los espectadores. "Yo me lo he pasado muy bien haciendo esta película, luego me lo puedo pasar muy bien saludando a gente". “Muchísimas gracias, os lo digo con el corazón, sois tíos estupendos”, les decía en una rueda de prensa que ha acabado con gritos de “¡Taxidermia!”, homenajeando a su obra maestra Amanece que no es poco.