Tres simpas que tuvieron consecuencias

Alberto Pozas nos recuerda que el simpa, práctica que consiste en irse sin pagar de un lugar el producto o servicio que se ha consumido, se considera como un delito de estafa según el Código Penal, que deberá repararse con proporcionalidad en función de la falta cometida. Y si no te lo crees, atención a estos tres casos:

1) 11 de febrero de 2017, Valladolid. Un hombre se toma un café en un bar y se va sin pagar los 1,10 euros que costaba. Un delito en el que tuvo que intervenir un juzgado, un sección de la Audiencia Provincial y la Fiscalía para dictar sentencia firme: condenado a pagar el café y una multa de 360 euros. 

2) 18 de febrero de 2013 en Valdepeñas (Ciudad Real). Una pareja se sube a un taxi y recorren 800 kiómetros hasta Ribadeo (Lugo). Habían acordado pagar 400 euros, pero se bajaron del taxi y se marcharon sin soltar un euro. Aquí la condena fue de 10 meses de cárcel para cada uno y pagar la carrera: hasta 1.100 euros. 

3) 4 de abril de 2018 en Madrid. Una mujer entra en una clínica, se inyecta 1.500 euros de bótox -y más cosas- en un tratamiento de rejuvenecimiento facial. Dice que va a sacar dinero para pagar y se marcha de ahí corriendo. Le cayeron 6 meses de cárcel (recurribles, eso sí) y hacer el favor de pagar el tratamiento.