El futuro se llama educación

Madrid

En un mundo con tantas incertidumbres como el actual, una de las pocas certezas es que la educación representa la principal herramienta de formación y de cambio.

Los grandes retos del siglo XXI, ya sean: la desigualdad económica, los derechos de la mujer, el cambio climático, la inmigración, la inteligencia artificial, la paz, el hambre, los nacionalismos; todo, absolutamente todo, pasa por la educación.

Y resulta que esa educación ha cambiado y está cambiando radicalmente con el tsunami digital, con las llamadas tics, las tecnologías de la información y la comunicación. O sea que hay que arremangarse; y como todo va tan deprisa y no creo que nadie tenga una bola de cristal para saber cómo estaremos dentro de pongamos diez años, la única alternativa es sentarse a hablar, a reflexionar, a discutir incluso, y a compartir experiencias.

Porque las preguntas se amontonan, ¿eh? ¿Qué nuevos empleos se crearán? ¿Qué espacio ocupará, por ejemplo, en todo eso la inteligencia artificial? ¿O cómo tendrán que formarse los profesores, los maestros? ¿Qué hacemos con el móvil: lo prohibimos en clase, como ya hacen en Francia, o lo incorporamos como herramienta?¿Pesan más los pros del tipo no sé fuente de información, medio de expresión, de comunicación, medio didáctico también? ¿O nos aterran los contras: el peligro de adicción, las distracciones que genera, el aislamiento? Claro, es todo muy complejo y por eso hay que analizarlo. Hoy les hablamos desde La Nave, en Madrid, que es un espacio nacido precisamente para convertirse en punto de encuentro ciudadano; para compartir ideas, para impulsar proyectos. Y aquí se celebra durante tres días un congreso internacional, el “South Summit” para hablar de eso: de aprovechar una oportunidad histórica. Que lo es, sin ninguna duda.