Imbécil

Madrid

Posiblemente a causa de mi edad, me fío más del Diccionario de Uso del Español de María Moliner que de Wikipedia. Y en el María Moliner una de las acepciones del adjetivo imbécil dice así: “se aplica como insulto a la persona que enfada o molesta con lo que hace o dice”. A Gabriel Rufián esta definición le va como anillo al dedo, y ahí están las actas del Congreso de los Diputados para demostrarlo. El portavoz adjunto de ERC lleva toda la legislatura enfadando o molestando a sus interlocutores con descalificaciones de todo tipo. Su última víctima ha sido la diputada del PP Beatriz Escudero a quien calificó de palmera de Álvarez Cascos y a la que no sé si guiñó un ojo, o los dos por algún pequeño defecto de coordinación.

Que yo sepa Beatriz Escudero es mujer. De derechas, pero mujer. Por lo tanto las diputadas del PSOE, de Podemos, o de Ciudadanos, podrían haberle mostrado su solidaridad. Por cosas parecidas, o incluso menores, hemos asistido a demostraciones totalmente lógicas de indignación. Pero esta vez ninguna de ellas ha dicho esta boca es mía. ¿Sólo es aplicable la indignación cuando la ofendida pertenece a la izquierda o al basculante Ciudadanos? Dejo la pregunta en el aire, y nunca mejor dicho.