Demasiado ímpetu

Madrid
Pablo Casado, líder del PP, es un joven cuyo ímpetu le salta a la boca. Poseído de la alegría de decir que está aquí para llegar antes de tiempo a su meta, dice cada día una bravata más, y como en el poema de Espronceda lo dice en todo el mar conocido. Está en todos los mares, y francamente marea su facundia. Le vendría bien, a mi juicio, el consejo de un profesor particular que le enseñara duda y sosiego, para que la sociedad no tenga que recibir a cada hora el impacto con el que quiere castigar a los rojos descarriados.




