¿Se puede llevar toga y ser vidente a la vez?
Alberto Pozas explica el caso María Jesús García Pérez, una jueza de Lugo que estaba acusada de compaginar el tarot con la judicatura sin pedir permiso. Fue absuelta porque porque la principal prueba contra ella había sido obtenida con una cámara oculta
Alberto Pozas explicó en De buenas a primeras en qué ha quedado la duda que corroía las entrañas de los jueces y juezas de nuestro país: ¿se puede llevar la toga y ser vidente a la vez?
¿Se puede llevar toga y ser vidente a la vez?
03:10
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000005240395/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
El poder judicial ha decidido archivar el expediente que mantenía abierto contra una jueza de Lugo: estaba acusada de compaginar el tarot con la judicatura sin pedir permiso. María Jesús García Pérez, titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria Número 3 de Lugo.
La historia la destaparon los compañeros del diario El Progreso. Cuando colgaba la toga, sacaba las cartas y se dedicaba a leer el futuro de quien quisiera escucharlo y creérselo. Según esta investigación, cobraba en torno a 15 o 20 euros por sesión de espiritismo, y en el poder judicial se abrió un debate inédito: ¿tendría que haber pedido permiso para poder hacerlo?
Los jueces que, por ejemplo, quieren ser profesores tienen que pedir permiso al poder judicial, pero claro, nunca ninguno había llamado a decir que quería echar las cartas. El promotor de acciones disciplinarias pidió sancionar a la magistrada: 6 meses de suspensión de funciones por una falta muy grave. Pero lo han archivado porque la principal prueba contra ella había sido obtenida con una cámara oculta y eso anula todo el proceso. Nos quedamos con la duda: no vamos a saber si el tarot es compatible con ser juez.
Este caso recuerda a otro de hace tiempo: a finales de 2012, en Moreira, provincia de Pontevedra, una mujer ofreció sus servicios espirituales esotéricos en esa pequeña población gallega. Pedía joyas a sus víctimas para purificarlas. Sus víctimas eran personas desesperadas como, por ejemplo, una anciana con cáncer. La abogada de las víctimas, Dolores Cañada, contaba que tenían problemas personales y estaban en un estado de desesperación. Finalmente, la mujer recibió 2 años de cárcel por un delito de estafa. Estas cosas no siempre son delito, pero siempre son un fraude.