Consternación y punto

Madrid

Consternado, esta es la palabra que define el estado en el que dice que está el Gobierno español por la ejecución del periodista saudí Jamal Kashoggi. Consternación y punto. Hoy, en el Congreso, el Partido Socialista ha votado junto al PP en contra de la suspensión de la venta de armas a Arabia Saudí. Ciudadanos y el PNV se han abstenido.

El gobierno está consternado pero no lo suficiente como para secundar, por ejemplo, la iniciativa de Àngela Merkel en Alemania que ha suspendido las exportaciones de armas. Dice que, de actuar, debería hacerse en el marco de una posición común de toda la Unión Europea. Decir posición común de Europa es como decir nada. Le tiembla el pulso al gobierno socialista ante la posibilidad de perder el contrato de las corbetas en pre campaña electoral andaluza. Ya le tembló después de que la Ministra de Defensa paralizara la venta de unas bombas.

En cualquier caso es terrible que nos estemos planteando hoy lo que hay que hacer con la venta de armas a Arabia Saudí. Esta vez el gobierno de Riad está detrás del asesinato de un periodista, asesinato del que nos hemos enterado. ¿Cuántos habrá habido sin que lo sepamos? ¿Cuántos defensores de los derechos humanos en Arabia Saudí habrán sido represaliados sin que nadie se planteara nada? Y más grave todavía, ¿cuántos yemenís han muerto, mientras se siguen vendiendo armas para matarlos?

No hacía falta la ejecución de un periodista para llegar a la conclusión de que en Arabia Saudí, donde gobierna ese régimen tan amigo de las élites políticas europeas, no se respetan los derechos humanos y se mata con las armas que les vendemos.