A Casado le da igual mentir

Madrid

Pablo Casado debió crecerse ayer en su conversación con José María Aznar porque esta mañana ha aparecido en el Congreso decidido a convertir en moderado a su mentor. El tema del pleno le ha dado igual, él ha ido allí a atacar al presidente del Gobierno desde el minuto uno y no le han hecho falta argumentos, con la realidad paralela ha tenido suficiente.

Lo más grave, ha llamado al presidente del Gobierno golpista, colaborador con el golpe de estado que, según él, han llevado a cabo los independentistas. A partir de aquí lo de siempre, su connivencia con terroristas, extremistas de izquierda, con Venezuela. Y sobrevolándolo todo, la mala digestión del PP del resultado de la democrática moción de censura que los desalojó del gobierno.

Casado se gusta, sube a la tribuna sin papeles, pero esto no quiere decir que sea un gran orador parlamentario. Casado es un mitinero, grita como si estuviera en un acto electoral ante votantes entregados, fabrica eslóganes pensando en sus electores y se entrega al fervor de sus compañeros de bancada que sueñan con la resurrección de su partido o, al menos, en que no haya sorpasso de Ciudadanos.

Para ello a Casado le da igual mentir, porque eso es lo que hace, acusar sin rigor, abandonar los argumentos y cuando en la política el espacio de los argumentos lo van ganando la crispación y la falta de respeto es una muy mala noticia para todos.

Pero lo peor es que el PP está encantado, hoy aplauden la deriva de su líder que ha vuelto a meter los malos modos en el Congreso de los Diputados. Si lo de hoy de Casado, en su primera intervención importante en la cámara, es solo una muestra, me temo lo peor. Aunque lo peor de la falta de argumentos es que la munición se acaba pronto.