PP y PSOE se siguen repartiendo los cargos

Madrid

A los ciudadanos hoy les han puesto difícil confiar en la justicia, confiar en que la justicia no es nunca de parte. Tras el escándalo del Supremo por los impuestos de las hipotecas hoy hemos visto como PP y PSOE se han repartido los cromos del Consejo General del Poder Judicial, el máximo órgano de gobierno de la judicatura. Para uno, PSOE, la mayoría de los vocales, para otro, PP, el presidente, que lo será también del Supremo.

Hoy hemos descubierto que a pesar de que Pedro Sánchez dijo que rompía relaciones con Pablo Casado, a pesar de todo lo que se dicen y se escriben en público, resulta que en privado seguían haciendo lo que llevan años haciendo, repartiéndose los cargos. Y lo más llamativo de hoy es que le han puesto nombre al presidente del Poder Judicial, Manuel Marchena, antes de conocer a los vocales, que son quienes lo tienen que elegir. Y es que esto es importante, socialistas y populares acuerdan el nombre de alguien que ellos no escogen directamente.

¿Cómo van a pensar los ciudadanos que los vocales tienen libertad de elegir a quien quieran si los responsables políticos les obligan a elegir a una determinada persona? Muy independientes no parece que vayan a ser a la hora de expresar su voto. Es inevitable pensar en la interferencia de la política en la justicia. El modelo se creó en un momento muy determinado y atendiendo a un contexto tan determinante como la salida de la dictadura, pero con los años los partidos han ido aprendiendo a colarse por todas las rendijas que encuentran y, controlar la judicatura, aunque lo nieguen, es una gran tentación.

Solo el tiempo dirá si Manuel Marchena es el candidato ideal, los que le conocen destacan su carácter dialogante, pero de momento deberá luchar para superar la desconfianza que genera una elección tan diseñada por los dos principales partidos políticos de este país.