Los ojos de la transición
Los fotógrafos Raúl Cancio y Marisa Florez son los autores de 'Españoles...Franco ha muerto', un libro que recoge fotografías de los momentos más significativos del cambio de régimen en España
Madrid
De un libro también se puede decir que una imagen vale más que mil palabras. Esta semana la editorial libros.com publicaba dos tomos que recogen fotografías de nuestra historia reciente, la transición democrática. Macarena Berlín conversa con Antonio Rubio Campaña y con los autores de esos grandes tomos: Raúl Cancio y Marisa Flórez.
Una imagen vale más que mil palabras
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200 páginas de fotografías en cada volumen, negativos, hojas de contacto, un cuadernillo central en forma de periódico con detalles, el contexto y la intrahistoria de cada una de las fotos. Todo esto en el libro Españoles...Franco ha muerto, compuesto por dos tomos. El primero, Españoles, está firmado por el Premio Nacional de Fotografía, Raúl Cancio. Y el segundo, Franco ha muerto, recoge muchas de las fotografías de la transición española y lleva la firma de Marisa Flórez, quien asegura que ha intentado meterse "hasta donde me han dejado, siempre buscando más allá de lo que se ve a simple vista".
La fotógrafa de la transición española, así es como mucha gente conoce a Marisa Flórez. Sin embargo, ella opina que "en un periódico, aparte de política, hay muchas más cosas. Y yo he tenido la oportunidad, en todos estos años, de cubrir todas esas facetas".
Raúl Cancio nos habla del momento en el que capturó la inigualable mirada de Salvador Dalí. "Me miraba con tal potencia, que solo tenía que apretar el gatillo y la foto me la daba él".
Hablamos también de una foto de 1981 en la que aparecen personajes como el Rey Juan Carlos, Adolfo Suárez, Montserrat Caballé, Jordi Pujol, Polanco, Vázquez Montalbán… "Yo creo que en el día de hoy, no sería factible hacer esta foto", dice Antonio, que destaca de ella un elemento técnico: están casi todos sin mirar a la cámara y uno de los poquísimos que mantiene su mirada hacia la cámara es Jordi Pujol.
La fotografía se tomó un poco antes de la foto oficial. "Lo que he intentado ahí es hacer una foto de lo que pasa antes de, donde cada uno está un poco a su aire y hablan con la persona que tiene al lado", confiesa Marisa, considera que esa forma de fotografiar retrata a los personajes de una forma más real. "Es una imagen que yo creo que tiene el espíritu de tolerancia y de diálogo que había durante los primeros años de la democracia", dice Flórez.
"Una cosa es mirar y otra muy distinta es ver la foto", señala Raúl Cancio, algo que el fotógrafo ha pensado durante toda su vida. "Yo puedo pasar por la Gran Vía mil veces y mirarla y conocerla como nada y sin embargo no la veo". Confiesa también el fotógrafo que él, al haber mirado tanto, ha conseguido ver. Algo que considera muy complicado.
Califica Marisa como "algo muy ilusionante" la llegada del Guernica a Madrid. "No era solo que volviera una obra importantísima a España", afirma la fotógrafa, si no que aquello formaba parte del relato que la sociedad de aquellos años estaba construyendo pues "algo estaba cambiando".
Raúl Cancio es silencioso y respetuoso en su trabajo, "hasta que empiezo a hacer fotos tardo, porque estoy observando continuamente". El fotógrafo asegura que no provoca ni molesta, anda como un lince. "Asimilo sus gestos hasta que procuro que los capte la cámara para que al día siguiente el lector los vea".
Recuerda el fotógrafo el caso de María Zambrano. Una foto en la que la filósofa sale fumando. La ensayista le recriminó que tirase fotografías diciéndole que era muy vieja. Cancio, atento al momento, consiguió la imagen que buscaba: "Yo quería la colilla y me anticipé a ese momento".
Subraya Antonio que estas fotografías "son crónicas de ayer vistas a través de la imagen". Lo que diferencia la obra de cada fotógrafo es la forma de mirar de cada uno. "Siempre hay algo tuyo que pones ahí”, señala de nuevo Flórez. Rubio Campaña apoya esa idea, ya que la imagen “actúa como un escaparate, tú lo ves y entras a la tienda".