¿Qué hacer con los violentos?

Madrid

El partido definitivo de la Copa Libertadores, la Champions sudamericana, entre River y Boca prometía ser un espectáculo de repercusión mundial. Y lo ha sido, en la peor de sus acepciones. Los sucesos violentos del sábado provocaron la suspensión del partido, que tampoco pudo celebrarse ayer porque Boca tenía jugadores aún convalecientes del ataque de la víspera.

Todos los que han opinado en las últimas horas sobre estos sucesos coinciden en el diagnóstico. La violencia en los estadios es reflejo del estado social que vive Argentina, pero el estallido no es fortuito sino organizado por esos hinchas violentos que pueblan las barras bravas, que actúan en connivencia con los clubes y que muestran su perfil violento dentro y fuera de los campos. La FIFA no puede arreglar los problemas de Argentina pero sí que puede y debe actuar con mano dura contra aquellos clubes incapaces de actuar contra los violentos. En Europa se hizo. Tiene un punto de injusticia con los aficionados de verdad, pero estos lo agradecerán el día en que puedan volver a un campo a ver sólo futbol.