Lecciones políticas de Winnie The Pooh
Al humor debería de hacerle falta muchísimo para ofender en democracia; al humor no le hace falta casi nada para ofender en una dictadura.
Lecciones políticas de Winnie The Pooh
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El régimen chino tiene enfilado a Winnie the Pooh porque es usado como símbolo de oposición al parecerse mucho, mucho, su presidente al muñeco. Y supuestamente la policía ha pedido al Winnie The Poo de la plaza de Sol que se esconda para no molestar a Xi Jinping. Yo creo que si no le gustan los osos riquiños, al presidente chino hay que llevarle a tomar una copa a Chueca para quitarle los complejos. Dicho esto, Winnie the Pooh nos habla de la enorme capacidad de destrucción que tiene el humor. Y de una forma muy esclarecedora. No transmite mensajes subterráneos en sus deliciosas tramas. No llama a la subversión a los chinos. Simplemente se parece al presidente Xi Jinping. Cuánto más poder tienes y más inaccesible eres, más gilipolleces te molestan, más tonterías te hacen daño. Al humor debería de hacerle falta muchísimo para ofender en democracia; al humor no le hace falta casi nada para ofender en una dictadura. Aprendamos en estos tiempos tan escandalizados la enorme lección política que nos ha dado el Winnie the Pooh de Sol.
Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...