La ruta de la seda
El estrecho del Bósforo fue el último paso de la ruta comercial más antigua de la humanidad, que, hasta el siglo XIX, nunca fue conocida como la ruta de la seda
Madrid
Nos sobraría casi la mitad del hilo de un solo capullo de gusano de seda, para unir los ochocientos metros de la parte más estrecha del cuerno de oro; el estrecho del Bósforo fue el último paso de la ruta comercial más antigua de la humanidad, que, hasta el siglo XIX, nunca fue conocida como la ruta de la seda.
José María Torregrosa es el responsable del "juguete" de Casa Ruíz en Madrid: el frente de estantes donde se acumulan las especias. Conoce tanto su origen como nuestras costumbres actuales con las bayas por las que murieron miles de hombres, y se enriquecieron unos pocos.
Desde que se inventó el cine a finales del siglo XIX, nadie ha "viajado" más por la ruta de la seda que la imagen de Marco Polo. Gary Cooper encarnó al viajero y comerciante veneciano en la versión más divertida, pero desde aquellos años treinta, la pantalla no ha faltado nunca a su cita generacional con Polo, fijando tópicos y creencias xenófobas; llegando mucho más lejos en la distorsión de la historia que el libro de viajes más famoso de la cultura occidental, libro que ni fue escrito por Polo, ni ha podido ser totalmente descifrado hasta hoy.
Uno de los símbolos de España, la naranja, es consecuencia de una enfermedad que acabó con la primera industria valenciana durante siglos. Paqui Ramos se mueve por la casa del gremio más rico en restos e historias: la casa-museo de la seda. Vicente Genovés, el presidente del gremio, recuerda el pasado y la actualidad de un tejido que sigue siendo necesario para los trajes tradicionales de la región donde se acaba de celebrar la Primera conferencia de los quince museos de seda del mundo.
Cuando el británico Colin Thubron, publicó su inmersión en la antigua ruta, gracias a sus conocimientos de ruso y mandarín, La sombra de la ruta de la seda, se convirtió en el libro de viaje más leído;. La francesa Luce Boulnois quedó igualmente consagrada internacionalmente como gran historiadora, con La ruta de la seda: Dioses, guerreros y mercaderes. El alemán Thomas O. Höllmann, el último libro importante publicado sobre el tema, ya ha visto varias ediciones y reimpresiones.
Los propios chinos adoptaron la etiqueta de "La ruta de la seda" desde la década de 1980, y hoy es un lugar común en turismo y mercadotecnia. Cuando los presidentes ruso y chino anunciaron el proyecto civil de comunicaciones más ambicioso de nuestra época, que puede cambiar la geopolítica de Asia, lo llamaron la nueva ruta de la seda. En la acumulación urbana más grande del planeta, apenas conocida en Occidente, comienza esta nueva ruta, y termina el audio.