Del papel a la pantalla
Susana López Rubio, guionista y escritora, nos habla sobre la adaptación de novelas para televisión. Un trabajo en el que hay que explorar todos los caminos posibles, para lograr la mejor versión
Madrid
Vivir sin permiso, Fariña o, próximamente, Patria. Los libros son inspiración de lo que vemos en la pequeña y gran pantalla. Hace cinco años que se presentó El tiempo entre costuras, la novela de María Dueñas que fue adaptada a la televisión. Macarena Berlín nos acerca la adaptación literaria de grandes obras de la mano de la guionista y escritora Susana López Rubio.
"Las versiones de guion que vemos en pantalla normalemente parecen la primera, pero igual se han hecho ocho o nueve reescrituras"
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López Rubio fue una de las guionistas que llevó a la televisión El tiempo entre costuras. Antes de que comenzase la producción de la serie, el equipo estuvo trabajando en los guiones durante un año. "El punto de partida es el libro, estudiarlo, leerlo e interiorizarlo hasta tal punto de hacerlo tuyo". Así es como Susana describe ese trabajo de mesa tan importante en su trabajo.
Preguntamos a López Rubio si ellos conocen quien protagonizará la serie mientras escriben. "Depende de cada serie, se sabe desde el principio o no". En El tiempo entre costuras empezaron a escribir antes de saber nada. "Al conocer el casting volvimos hacer una versión de guion como un guante, para ajustar el personaje al actor".
Cuando se lleva una novela al cine, generalmente se borran tramas secundarias o se recortan personajes. En el caso de la novela de María Dueñas sucedió lo contrario, algo que resultó curioso para la guionista: "Cuando adaptas una novela al cine te quedas sin tiempo. Tienes que comprimir el libro y te saltas cosas". Al realizar una serie contaban con más tiempo y espacio, lo que les permitió ampliar el universo que había creado previamente Dueñas, creando nuevos personajes e historias.
Así, adelantaron tramas, como las de espionaje, o dieron muerte a alguno de los personajes, todo bajo la aprobación de la autora de la obra. Cuenta Susana que en todos los guiones hay que seguir todos los caminos posibles para escoger el correcto, y que el error forma parte de ellos. "Las versiones de guion que vemos en pantalla normalmente parecen la primera, pero igual se han hecho ocho o nueves reescrituras".
Sobre la creencia de que las novelas son más reflexivas y profundas que la obra audiovisual dice la guionista que ella prefiere pensar que esto se puede cambiar pues, por primera vez en su carrera, con El tiempo entre costuras la gente les decía que "la serie estaba a la altura". El buen trabajo que nos presenta el papel, en la pantalla.