Constitución: tejer y destejer

Madrid

Qué sensación más extraña. En este aniversario de la Constitución una fuerte corriente social propone destejer los caminos que hace 40 años comenzaron a andarse. Destejer lo que entonces comenzó a tejerse.

Llaman a la Reconquista. A la reconquista de una concepción de España que la Constitución propuso superar. Regresan olores rancios, ideas rancias, valores rancios con pretensiones de eternos: esa unidad de España bien moral que diría Rouco o esa visión de la mujer de manual de la Sección Femenina. Y en el polo opuesto, otros maldicen a la Constitución cómo se maldice a un enemigo y la consideran opresora. A ella que nació con la libertad y para la libertad.

Unos y otros pasean su exaltación entre el flamear de banderas, mientras los hijos de los padres de aquella Constitución la defienden desangelados con sosería supina, incapaces de revitalizarla, ni siquiera de intentarlo.

La principal lección que nos deja este cumpleaños es una simpleza y sin embargo hoy nos parece ciencia ficción. Dice así: "Hace 40 años España tenía que enfrentarse con un futuro incierto, los partidos políticos decidieron abordarlo juntos, y a la sociedad y a los medios de comunicación les pareció muy bien"