Cómplices de lo despreciable
Madrid
Calígula, la obra en la que Albert Camus concentra su juicio a la dictadura, el régimen en el que hombres usan el poder para burlarse de los otros ciudadanos, es una lección sobre los modos actuales de ejercer esa burla. Mario Gas la alza ahora en el María Guerrero en una versión que la acerca a este tiempo, para mostrar la conciencia del mal, contra la indiferencia, ante la villanía. El mal no es una metáfora, está con nosotros, convive aquí, y no nos damos cuenta de que nosotros somos también cómplices incluso de aquello que nos parece despreciable.