Infancias robadas
Alrededor de 7,5 millones de niñas en todo el mundo son obligadas a casarse. Hablamos con Doreen Reedy, encargada de "Childline", una línea telefónica de ayuda a menores en riesgo de contraer matrimonio forzado
Punto de Fuga: El teléfono de la esperanza (14/12/2018)
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Todavía hay culturas en este mundo para las que tener una hija resulta una maldición y se convierten en mera mercancía. Alrededor de siete millones y medio de niñas son obligadas a casarse y se convierten en madres prematuras. A veces, la vía de escape llega a través de una llamada telefónica.
Hemos hablado con una mujer que se ha convertido en salvadidas de cientos de estas niñas en India. Es Doreen Reedy, responsable del teléfono de ayuda que ha puesto en marcha el gobierno indio en el distrito de Annantapour con ayuda de la Fundación Vicente Ferrer.
Doreen Reedy: "Nos dicen: Vengan y paren mi matrimonio. Sólo tengo 14 años y mi padres quieren casarme pero yo no quiero. Yo quiero continuar mis estudios… ¡Así que vengan!"
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Háblenos para empezar de esa línea de ayuda a menores en riesgo de contraer matrimonio a la fuerza...
Lo llamamos “Childline”. Es una línea de ayuda gratuita, la “10-9-8”, que ha puesto en marcha el gobierno. Es un proyecto estatal que se desarrolla a través de las ONG. La Fundación Vicente Ferrer es una de las ONG. Nosotros la hemos puesto en marcha en el distrito de Annantapour. Estamos trabajando en ese distrito, pero nos están pidiendo que la pongamos en marcha en otros distritos. Es algo que nos toca pensar ahora…
Pero esto no funciona solo. La Fundación no está sola en esto… Trabajamos con cinco departamentos diferentes del gobierno, incluidos los servicios sociales a menores, la policía, justicia y el fondo de protección de menores. Y junto a ellos, la Fundación.
¿Cómo funciona?
La línea es un servicio que funciona las 24 horas del día. Los 7 días de la semana. Y funciona muy bien porque las llamadas son gratuitas. Después de promocionar el número, el “10-9-8”, en todas las aldeas y todo el mundo ya habían oído hablar de ese número… Entonces, comenzamos a contarles qué era. De qué se trataba… Les explicamos que era para niños, para menores de 18 años, sin importar si son niños o niñas.
Cuando suena el teléfono, les recuerdo que son llamadas gratuitas, corremos a localizar quién está disponible lo más cerca posible, intentamos llegar allí y rescatar al menor. Nos encontramos con menores sometidos a matrimonios forzados, explotados laboralmente, niños perdidos o secuestrados y también muchas niñas que han sido abusadas sexualmente.
Los rescatamos y tratamos de rehabilitarlos. El comité estatal estudia los casos, decide dónde debería ir el menor y cuando nos toca, la Fundación acepta a ese niño y trabajamos por darle un futuro. Sentimos un gran compromiso en convertir a esos niños en buenos ciudadanos del país.
¿Cuántos casos gestionan?
Cada mes nos llegan entre 150 y 180 casos, casos de todo tipo, como los niños que buscan cobijo porque les han abandonado sin comida. Les ofrecemos condiciones para rehabilitarse. De enero a octubre de este año, hemos rescatado a 367 niñas, o al menos hemos frenado su matrimonio forzado después de que ella nos llamara. De ellos, debe haber 39 niños abandonados y 28 que fueron explotados laboralmente. Son pocos… de momento, no hemos sido capaces de atraer llamadas de ese entorno que está en muchos sitios de la región.
Fíjese, hace dos años -cuando empezamos- sólo teníamos 57 casos. La gente comienza a darse cuenta de la realidad… y cada vez tenemos más niñas que nos llaman y nos dicen: “¡Oigan! Vengan y paren mi matrimonio. Sólo tengo 14 años y mis padres quieren casarme pero yo no quiero. Yo quiero continuar mis estudios… Así que vengan!"
Que cada vez haya más niñas que lo reclaman supone un gran cambio...¿no?
Es un gran cambio, pero necesitamos caminar más… porque yo sólo les he hablado de mi distrito, pero si miramos los datos de toda India son cifras muy altas. En algunos distritos, se sigue casando a niñas con 14 años. La región del Rajastán es la que tiene cifras más altas. Pero en las zonas dónde ha estado trabajando la Fundación hemos visto grandes cambios en los niños y en la generación anterior a esos niños después de recibir educación. La mayoría de los padres son agricultores. Y de agricultores han pasado a ser asalariados. Y no sólo eso… Hay ingenieros, hay doctores, hay dentistas, La Educación de cada niño repercute en todo su entorno familiar. Y hemos conseguido muchos cambios. No es fácil… es difícil y un poco lento, pero está pasando hoy en día.
¿Quién, cómo y a cambio de qué se acuerdan esos matrimonios con menores?
La mayoría de las veces son los padres. Y eso es así por la discriminación que siguen sufriendo las niñas dentro de su propia familia. En India, las niñas son indeseables. Incluso hay parejas que intentan deshacerse de ellas antes de nacer. En India, existe un sistema de dote que obliga al padre de la novia a pagar el precio de la boda. Incluso todas sus propiedades. Incluso entablar una deuda porque no llegan a pagar el precio de ese matrimonio.
El segundo asunto es que no tienen protección. Si una niña es abusada antes de cumplir los 18 años… nadie querrá casarse con ella. No hay ningún tipo de protección para estas niñas. Además, los padres no quieren gastar nada en la Educación de las niñas. Quieren guardarse el dinero para pagar la boda… porque las bodas son muy caras en India.
Recuerdo una vez que trataba de explicarle a un hombre que si daba Educación a su hija podría valerse por sí misma, que traería muchos cambios a la familia… Me dijo: “para qué? Todo lo que traiga y más irá a parar a la otra familia. Así que no quiero gastar dinero en la Educación de mi hija”.
Eso demuestra que todavía hay mucho trabajo que hacer... Hay que convencer a los hombres...
Hay que conseguir cambiar la mentalidad de ambos: hombres y mujeres. Y lo primero es que haya respeto hacia las mujeres. Respeto por las niñas… y por su valor como niñas. Su futuro valor como mujeres. Tenemos que pensar y trabajar en ello. Tenemos que hacer conferencias y poco a poco llegará el cambio en las mentalidades… pero el respeto es esencial. Sólo con ese respeto los problemas podrán disminuir.
Hace unas semanas, India derogaba la ley de Adulterio que seguía vigente... ¿qué ha cambiado?
Algo sí que ha cambiado. Antes de la ley, cuando una pareja se casaba, el hombre se convertía en el dueño de la mujer. Ahora ya no pasa eso. El cambio ha llegado y si una mujer quiere irse con otro hombre… es libre de hacerlo. Pero de momento es un sólo un papel… ahora hay que cambiar la mentalidad de los ciudadanos. Tienen que respetar a las mujeres. La ley está ahí pero ahora hay que ponerla en práctica.
Somos seres humanos y el mismo respeto que tenemos por nosotros mismos tenemos que sentirlo por los demás. Por sus sentimientos. Por sus decisiones. Hemos conseguido un pequeño paso más de Igualdad.
¿Qué otros cambios hacia la Igualdad real puede identificar usted?
La primera es la económica. La independencia económica. Sólo cuando una mujer es económicamente independiente es capaz de tomar decisiones, puede tomar las riendas, aunque socialmente se la siga viendo de una determinada manera. Pero esa Sociedad debe mantener el respeto.
También debo decir que la ley laboral también está cambiando. La mujer también ha sufrido mucho en ese entorno. Ha sufrido de todo, incluidos abusos sexuales. Pero ahora la ley ha cambiado para prohibirlos y garantizar la protección de la mujer. Existe el deber de proteger a cualquier mujer que esté trabajando. Y eso es bueno… Eso ha hecho que puedan concentrarse en el trabajo, que lo hagan bien y puedan vivir mejor.
Pero lo fundamental es la educación de las mujeres. Yo trabajo con mujeres analfabetas y les hago pensar cómo pueden mejorar en sus vidas. Ellas trabajan duro, pero les gusta porque son respetadas y se dignifica su vida.
Usted también gestiona una casa de acogida a mujeres maltratadas... ¿cuál es la respuesta del Estado y de la sociedad india a esta lacra del maltrato?
Desde luego que lo peor es la violencia doméstica. Tiene rostro de mujer… en India, el 80 por ciento de las mujeres se enfrentan a eso, aunque en diferentes grados… pero son muchas las mujeres indias que están sufriendo este problema. En India, mucha gente piensa en ello, pero no son lo suficientemente sensibles. Esa sensibilidad debe llegar de los políticos hacia abajo. Hacia los maridos en zonas rurales. Y sólo son las ONG las que están trabajando en ello…
El cáncer sigue ahí pero cada vez son más las mujeres que luchan contra ello. Luchan por su derecho a ser tratadas como un ser humano. Ellas luchan por ello e intentan traer muchos cambios en las leyes.
Pero son los hombres los que van a tener que traer ese cambio real. Lo que vemos es que los hombres de 35, 50, 60 años no quieren esos cambios así que intentamos centrarnos en los niños desde 11 años, hasta adultos de 28 que son mucho más sensibles cuando les hablas de sus madres, de sus hermanas… entonces, sí quieren más cambios. Son ellos los que traerán esos cambios. Queremos que lleguen a decir que las mujeres de su aldea ya no están pasando por esa violencia.